domingo, 13 de enero de 2013

cambios, sólo cambios...

El miercoles por la mañana entregué mi declaración de impuestos final.  Al final lo que debo pagar de impuestos al año es casi un salario mensual.  Durante el año me descontaron como la cuarta parte de un salario y con las facturas declaré como medio salario.  Me tocó aún que pagar este mes un cuarto de mi salario.  En fin.

Al mediodía había planeado ir a sacar mi certificación de carencia de antecedentes policiales.  Al final únicamente pude ir al banco a pagar el valor del documento.  Luego retorné a la oficina a continuar trabajando en la tarea que llevaba entre manos.  Cuando vine a mi casita por la noche saqué mi título de su marco y lo llevé a un par de lugares para fotocopiarlo completamente -en el primer lugar no pudieron realizarlo-.

El jueves había planeado salir temprano pues le había ofrecido a mi amiga del voluntariado a la que estaba viéndole la Pavillion llegar a su casa.  Me levanté a las cinco de la mañana y me dirigí a la municipalidad de la ciudad, a obtener el boleto de ornato.  Me había enterado que era un requisito para obtener los antecedentes policiales.  El trámite fue bastante rápido pero creo que perdí los diez dólares que pague por el boleto, pues no le dí el número de identificación tributaria a la cajera.  Creo que igual me lo descontarán este mes en el trabajo.

Había planeado ir a ver los antecedentes policiales al mediodía pero mi jefe me convocó a reunión-almuerzo.  Bajé al tercer nivel a comprar comida chica y retorné a mi oficina.  Nos reunimos una gran parte de la tarde, básicamente tratando de aclarar los pendientes que quedarán al abandonar mi posición.

De acuerdo a lo planeado salí a las cuatro de la tarde y me dirigí a la casa de mi amiga.  Había planeado trabajar de cinco a siete y luego retirarme en bus de su colonia.  Al final la bahía del dvd estuvo fallando y me tocó que desarmarla para limpiarla y reconectarla.  Luego instalé Windows Seven en una de las particiones ya creadas.  Un poco antes de las nueve instalé LogMein y me retiré de la casa de mi amiga.  Su madre -de acuerdo a lo prometido- llamó a su taxista usual y vine a mi casita un poco después de las 9:30.

El viernes me volví a levantar a las cinco.  Me fuí a la estación policíaca de la bolivar por mis antecedentes, los que salieron con el número de identificación antigua.  Supuestamente aún está vigente el documento antiguo por lo que espero que me los acepten así en mi nuevo trabajo.  La fuerza policial de mi país es una vergüenza.  Me imagino que el salario de los agentes es bajísimo pues la mayoría tienen una apariencia que realmente dá miedo.  Además las funciones son super ineficientes.  Llegué a iniciar la cola a las 6:30 y terminé el trámite como a las 8:30.

Llegué a mi oficina alrededor de las nueve -le había enviado un mensaje a mi jefe avisándole de mi retraso-.  Como había llegado tarde al mediodía no salí a almorzar sino que continué trabajando con mi asignación actual.  Salí un poco después de las seis y pasé a cenar a la casa del voluntario que vive en la misma colonia.  El viernes ya tenía casi todo lo necesario para completar la papelería de mi nuevo trabajo.  Le pedí al compañero B y al maestro de ajedrez de la oficina una carta de recomendación.  La tercera se la pedí al voluntario que vive en la misma colonia.

Después de cenar -y un par de horas de conversación- vine a dejar un poco de ropa en remojo, pues ya no tenía ningún pantalón de lona limpio.  El sábado me levanté a las seis a lavar ropa.  Había planeado salir a las siete de mi casa y dirigirme a la mini muni que queda más cerca de mi habitación.  Me faltaba para la papelería de mi nuevo trabajo un recibo de servicio de agua.  El año pasado lo había obtenido allí y planeaba repetir.  Al final salí tardísimo de mi habitación pero pude obtener el recibo sin mucho contratiempo.

Como a las 9:30 me presenté en la casa del voluntario que vive en la misma colonia.  Le había enviado un mensaje más temprano pues habíamos acordado la noche anterior que nos reuniríamos a las 9:00.  Salimos de la ciudad y nos dirigimos a visitar a nuestra amiga que vive en San Juan del Obisbo.  En donde estuvimos todo el día.  Conversando con la familia, almorzando y ayudando con el traslado de los productos del día al negocio que abrieron el mes pasado.


Incluso durante el almuezo me ofrecí a prestarle como trescientos dólares para la construcción de un horno en su casa.  También compré dos botellas de vino, una de las cuales planeo regalarle al jefe de mi jefe y la otra que me había encargado mi mejor amiga del voluntariado.  Nos despedimos de esta familia como a las cinco de la tarde y retornamos a la ciudad, dándole aventón a una tía de nuestra amiga y sus dos hijos.

Se suponía que en la noche no habría la reunión habitual en la casa del voluntario que vive en la misma colonia pues tendrían una reunión de encargados de grupos de visita.  El voluntario que vive en la misma colonia pasó a dejarme como a las seis y media a mi casita y vine a bajar la ropa que había dejado tendida por la mañana y a leer State of Wonder.  Estaba dormitando cuanod recibí una llamada de mi único amigo de la universidad.  Quería que le ayudara con unas fórmulas -y unos conceptos- de Excel.

Como se ofreció a venir a mi casa me levanté a ordenar un poco mi habitación y a esperarlo.  Vino como a las 8:00 -venía con un amigo al que dejámos esperando en el automovil- y estuvimos trabajando en su libro de Excel cerca de media hora, luego la otra media hora fue de ponernos al día.  Teníamos más de un año de no vernos.  Luego de que se fué -como a las nueve y media- continué leyendo un poco y finalmente me dormí un poco antes de las once.

Mi chica mayor me había enviado un par de mensajes para que este día  los llegara a traer con una hora de retraso pues mi hijo menor debía ir con su madre a comprar zapatos.  Hoy me desperté un poco después de las siete pero continué dormitando hasta un poco después de las ocho.  Me levanté a lavar un poco de ropa que había dejado ayer en remojo.  Salí a comprar avena, pan y agua pura.

Un poco después de las 10:00 mi hijo me llamó para avisarme que pronto estaría en casa.  Los llegué a traer un poco después de las 10:30.  Estuvimos en mi habitación leyendo -mis hijos me devolvieron los juegos y libros que les había prestado la semana pasada- y subiendo sus posts -en inglés- al blog con el que se están comunicando con el hijo de mi amiga K de Portland.  Salimos a comprar naranjas y sandía y refaccionamos en el patio.

Un poco después del mediodía nos dirigimos a la estación más cercana del Transpetro para ir a la librería en la que le compré el libro de Ben Franklin como regalo de navidad a mi hijo.  Entre semana recibí un correo informándome que ya estaba disponible el libro.  Nos costó un poco llegar hasta la librería pues el servicio en la zona nueve es un poco irregular los fines de semana.

Finalmente recogimos el libro y estuvimos hojeando otros en la librería pero los precios en el país son realmente prohibitivos en materia de lectura.  Después de obtener el libro tomamos un autobús al edificio en el que trabajo y almorzamos en el Food Court -Taco Bell-.  Luego cumplí la promesa que les había hecho el año pasado:  Si salían bien en las notas iríamos a jugar boliche.  Estuvimos una hora jugando boliche y luego retornamos a mi habitación caminando.  El trayecto yo lo hago todos los días en un tiempo aproximado de cuarenta y cinco minutos pero con mis chicos nos tocó parar a medio camino a descansar un poco pues mi chico empezó a quejarse de cansancio.  Aprovechamos para leer un poco.

Cuando retornamos a mi habitación descansamos -leyendo- entre diez y quince minutos y luego meditamos seis minutos.  Por último vimos quince minutos de Enredados.  Los fuí a dejar un poco después de las siete y cuarto.  Retorné a mi habitación y llamé al voluntario que vive en la misma colonia pues al pedirle una carta de recomendación me indicó que la redactara e imprimiera y él la firmaría.  Pasé un rato a su casa para obtener la firma y me comentó que ayer al final si se había reunido -aunque bien tarde- y que el resto de voluntarios habían dado buena cuenta de la botella de vino de sandía que había comprado ayer.

Retorné a mi habitación a preparar la papelería que debo llevar el día de mañana para completar mi expediente en el nuevo lugar de trabajo.  Ayer mis chicos me comentaron que se habían pasado todo el sábado solos pues su madre está estudiando en la universidad hasta las cinco de la tarde.  Estoy planenado -que Dios me ayude- hablar esta semana con mi ex esposa para que me permita tener a mis chicos durante el sábado.  Esto significará retirarme de mi trabajo voluntario por un buen tiempo.  Veremos como va esto.


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