martes, 8 de enero de 2013

Cambios, la única constante por acá...

El domingo me olvidé de poner la alarma en mi celular.  He estado ingresando facturas en el programa para la declaración de impuestos y luego viendo un poco de películas o Homeland.  El lunes me desperté con la claridad del día.  Eran las 7:05.  Corriendo me metí al baño después de planchar la camisa del día y me dirigí a la oficina.  Llegué aún alrededor de las 8:00.  Me puse a buscar la carta de renuncia que dejó mi antecesor en la computadora.  La había encontrado la semana anterior y me pareció interesante que la dirigiera al jefe de mi jefe y no a mi jefe. 

No pude encontrarla y como ya estaban cerca las 9:00, hora de entrada regular de mi jefe, busqué en Google una carta de renuncia, la bajé a Word, cambié lugar, fecha y destinatario y la imprimí.  Cuando mi jefe se apareció le comenté que necesitaba un momento de su tiempo.  Como iba a entrar a una reunión maratónica me indicó que lo acompañara a la sala de reuniones.  Aún no habían llegado los participantes de la reunión programada.  Mi jefe bromeó con que 'lo iba a dejar' cuando le alcancé la carta.  Luego la leyó y vió que no era broma.

Intentó convencerme de seguir, ofreciéndome más dinero, más personal y lo típico que ofrecen los administradores a su personal cuando no han sabido llevar su gestión adecuadamente.  Luego me indicó que no podía recibir mi renuncia.  Luego, que mejor esperara a que me despidiera para tener derecho a la indemnización -un salario por año-.  Le indiqué que el 21 de este mes viajaba fuera y que era imposible aceptar cualquier oferta.

Continuamos otro rato la reunión en una sala contigua y al final aceptó la realidad.  Le pedí discreción pues me molesta andar dando explicaciones a quien no me apetece y luego continué con mi jornada normal.  Estuvimos trabajando un poco en conjunto.  Al mediodía bajé a almorzar al comedor que está al otro lado de la calle, frente al edificio en el que trabajo. 

Después del almuerzo me pasé a la prueba de otra función.  Como a media tarde mi jefe me indicó que su jefe quería conversar conmigo.  Yo le había adelantado a mi jefe que estas entrevistas no surten efecto pues no se trata de dinero o condiciones laborales -la verdad si se trataba de lo último pero era insoluble-.  Casualmente ayer por la mañana habían enviado a mi grupo de libros los links para descargar la serie de Cincuenta Sombras de Grey.  El jefe de mi jefe nos había comentado que había leído el primero de estos en formato virtual y que planeaba comprar los otros dos.  Yo le ofrecí conseguirselos en PDF.

Empezando la reunión le copié el archivo con los dos pdf's y luego conversamos.  Él se resistió menos a la idea de mi salida pues ha pasado por una situación familiar más o menos similar a la mía.  Conversamos como media hora, él dándome su punto de vista de como debía proceder en cuestiones familiares y de desarrollo.  Luego le agradecí su tiempo y consejo y retorné a mi escritorio.  Iba a salir a las 5:30 pero mi jefe me pidió ayuda con una tarea de Sql Server que debía presentar este día,  me quedé explicándole el uso de Triggers, Stored procedures y Cursores hasta las 8:00.  Luego me dió aventón a mi habitación.

Como había almorzado muy bien decidí no cenar.  Continué ingresando facturas en el programa de los impuestos.  Creo que me falta, si mucho, un par de noches más de lo mismo.  Me dormí un poco antes de las 11:00 pues planeaba ir hoy temprano por mi certificación de carencia de antecedentes penales, puse el reloj para las 5:00 AM.

Hoy me desperté a las 5:00 pero continué dormitando.  Se suponía que la oficina en la que expiden las constancias de antecedentes penales la abren a las 8:00, previendo las colas y para no llegar muy tarde a mi trabajo había planeado llegar alrededor de las 7:00.  Me levanté como a las 5:30.  Me alisté y me dirigí a la oficina en cuestión.  Que queda bastante cerca del banco en el que trabajé el año pasado.  Llegué al lugar como a las siete menos diez y había una cola como de cien personas.

Afortunadamente están abriendo a las siete estos días.  El trámite es bastante rápido.  Paga uno cuatro dólares y medio, pasa a una estación -habían 10 de estas- y en un par de minutos tiene el certificado que declara que uno no tiene antecedentes penales.  Caminé cuatro o cinco cuadras y tomé el autobús hacia mi oficna.  Estaba tocando el timbre de la oficina a las 8:02.


El día estuvo un poco trabajoso.  Por la mañana me tocó preparar un par de documentos de rechazo y luego trabajar en otra prueba integral.  Al mediodía bajé a almorzar al tercer nivel.  Pizza.  Me tocó que salir a almorzar a las 12:00 ya que a las 14:00 tenía una reunión de entrenamiento con una de nuestras subsidiarias del sur.  Participaba también en esta reunión el maestro de ajedrez de la oficina -de hecho él era el principal actor- por lo que me tocó preparar el equipo para la conferencia.  Que duró hasta casi las cinco de la tarde.

Luego de preparar unos escenarios de prueba que tenía que enviar a la persona que había recibido la capacitación más temprano me retiré de la oficina.  Directamente a mi casita pues debo seguir avanzando en el ingreso de las facturas.  Planeaba ir mañana por los antecedentes policíacos pero mi mejor amiga del voluntariado -que anda buscando trabajo- me comentó que primero se debe pagar en un banco, antes de acudir a la oficina en cual expiden el documento.

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