martes, 15 de marzo de 2011

Martes, ni compres ni tradúzcas...

Es en Martes, ni te cases ni te embarques pero el título se adecúa más a mi martes. Ayer por la tarde fuí a la biblioteca a devolver el libro de Arturo Pérez-Reverte que terminé de leer la semana pasada. Me quedé ojeando un par de libros sobre padres solteros y de origami. Un poco después de las siete me llamó la voluntaria que me prestó su bata la semana pasada y me tocó salir al pasillo a conversar. En la entrada de la sección encontré a Rx, me parece que devolviendo un libro y le indiqué que esperara a completar la llamada para que nos pusieramos al día.

Estuve hablando como cinco minutos por teléfono y luego no pude encontrar a Rx. Me vine a cenar a mi habitación. Ví un capítulo de The Big Bang Theory que había dejado bajando antes de irme a la biblioteca y luego continué leyendo Chiquita. Me dormí como a las 10:00. Puse el reloj para que sonara a las 7:00.

Este día no quería levantarme. A las 7:00 puse el reloj para las 7:30 y a esa hora reuní el ánimo suficiente para levantarme y entrar a la regadera. Me fuí al hospital de oncología pediátrica un poco antes de las 8:00. A la visita llegamos como 9 sonriseros y nos dividimos en los dos niveles para buscar niños -o padres o familiares- a los cuales alegrarles la mañana. Cuando estaba en el segundo nivel uno de los voluntarios me indicó que una niña había preguntado por mí en la sala de espera del hospital.

Un poco antes de terminar la visita me dirigí al área de espera y encontré a una niña -y su mamá- que había conocido en una visita en otro hospital -en el que visité el sábado pasado- hace como seis meses. Aún se acordaba como hacer una caja de origami. Estuve conversando un poco con ella y sus padres y luego dimos por concluida la visita en este lugar.

La segunda parte de la visita fue en la unidad de cardiología en el edificio vecino. Estuve al principio en la sala de espera en donde una mamá de dos voluntarias llegó a requerir información sobre la conferencia que dará el día de mañana Patch Adams. También estuve conversando con un bisabuelo sobre su familia y los examenes que debía efectuarse ese día. Finalmente subí al segundo nivel y estuve un rato en dos salas de espera en donde familiares estaban esperando a pacientes que estaban en sala de operación.

Terminamos la visita un poco después de las 11:30 y me dirigí al Burger king de la semana pasada a recoger mi bata. De los cinco dibujos que le proporcioné a mi amiga pudo completar cuatro, los que eran en blanco y negro. La verdad me encanta tener al fin decorada mi bata. Estuvimos en este lugar conversando casi una hora -y haciendo un poco de origami-. Yo me había quedado casi sin dinero y al comprar un helado me quedé sin dinero para el pasaje. Mi amiga me dió aventón a un centro comercial en donde retiré un poco de mi cuenta de ahorros.

Pasé a un almacen de juguetes a ver si podía comprarle el regalo a mi chico -cumple 9 este sábado-, pero no encontré algo que me convenciera. Pasé a almorzar a un mc donalds -y a cambiar un billete a moneda nacional pues no tenía dinero para regresarme a mi casa-, luego pasé a recargar mi tarjeta del Transurbano y me vine a mi habitación en el transmetro. Era un poco después de las 4 y venía atiborrado.

Continúo leyendo Chiquita. Revisé mi correo y mi amiga de Portland me confirmó que viene mañana a las 10:30, iré a verlos al aeropuerto. Esta mañana confeccioné una lista de lo que tengo pendiente, entre ello traducir las primeras tres páginas del folleto del templo zen. Aún está pendiente.

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