jueves, 25 de marzo de 2010

El Koan y su solución

Algo que noté muy poco tiempo después de empezar el blog –hace tres días cumplió su primer añito- fue que el primer post era casi ilegible. No solo está mal redactado, sino que aclara muy poco acerca del autor o del propósito de este espacio. Había pensado, entonces, iniciar el segundo año con un post un poco más legible para que quien pasa por acá sepa de qué va esto, y quizá más importante aún, para recordarme a mí mismo de qué va esto.

Elegí el nombre debido a que en esa época estaba fervientemente tratando de vivir de acuerdo al zen. Tenía cinco meses de haber retornado de Portland, en donde había asistido por un poco más de seis meses a un Templo Budista Zen. Mi llegada al templo marcó –o al menos lo pensaba en ese tiempo- un antes y un después en mi vida. Había estado, por casi tres años, viviendo entre mi país y USA. Durante este tiempo se terminó de destruir lo poco que quedaba de mi pareja. En esa tercera –y última vez- estaba casi decidido a no regresar nunca a mi país, pues era muy doloroso para mí vivir cerca de mis peques –dos niñas y un niño- y no poder verlos cada día. Encontrar el zen le dio cierto equilibrio a mi vida. Estuve asistiendo dos o tres veces por semana, participé en un par de retiros silenciosos y leí, leí y leí cualquier libro de zen que se puso a mi alcance.

Se supone que las principales escuelas en el zen son Rinzai y Sōtō. Aunque el templo al que asistí seguía la forma Soto –énfasis en la meditación zazen- y los koans son estudiados de forma mas seria por la escuela Rinzai, me habían llamado la atención desde antes.

Un Koan es un pequeño enunciado sobre el que los estudiantes de zen meditan y que al encontrar su solución –se supone- alcanzan la iluminación. Podeis ver otro par de definiciones, mas algunos pequeños ejemplos aca:

Koan – Kirai

Koan -Wittgenstein

Paradójico, creo que es una buena forma de describir un Koan. ¿Cual es el sonido del aplauso de una sola mano? Una amiga dijo Adios. En teoría el maestro le asigna –dependiendo de su nivel- un Koan al estudiante, este medita sobre el mismo y cuando cree que tiene la respuesta retorna al maestro. El maestro, casi indefectiblemente, le contesta ‘No, esa no es la respuesta’ hasta que un día, finalmente, el alumno presenta la respuesta ‘correcta’ al Koan, con lo que este queda resuelto, alcanzando el estudiante un nivel más avanzado.

Esa es la teoría.

Y si, veo a mi vida como un Koan. Una paradoja, algo que no comprendo y que por lo mismo no puedo encontrar la forma adecuada de enfrentar. No veo que me haya acercado, en este año a una solución al Koan. Empezamos el segundo.

3 comentarios:

  1. Es muy interesante la teoría del Koan, estuve leyendo un poco tu blog para entender tu historia.
    Y me pregunto, sin un "Maestro" que te guíe, como saber cuál es o no la respuesta correcta?
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Hola Viviuska. Cuando le pregunté casi lo mismo a mi 'maestro', él me contestó -muy al estilo zen- algo como '...cualquier persona o situación puede ser tu maestro...'

    ResponderEliminar
  3. Pero, ¿la solución al koan es la no-mente?

    ResponderEliminar