El lunes fui a la entrevista a la que me habían convocado el viernes. Me levanté temprano y preparé cuidadosamente mi curriculum y mi ropa. Al final salí tarde de mi habitación y tuve que tomar un taxi para llegar al lugar de la entrevista, que no era muy alejado de mi habitación, gastando en el viaje de ida lo que hubiera gastado en tres semanas de transporte público. La entrevista fue bastante express, es una oficina de selección. Me dijeron que de continuar en el proceso se comunicarían conmigo antes del viernes, no lo han hecho por lo que asumo que no estoy entre los seleccionados para continuar en el mismo.
Como habíamos acordado con Axl nos reunimos por la tarde para tomarnos un café. Tenía mis dudas acerca de esta reunión ya que ella me había insinuado que tenía algunos problemas que quería consultarme. Al final el problema es que hace un mes mas o menos que termino con Fer y quería pedirme que sondeara si es algo que ya quedó así o aún se podía reparar. Lo dicho, una persona bastante complicada. Quedé de, en caso de poder hacerlo, hablar por msn con Fer y tratar de ver como estaba la situación con él.
El martes visité el hospital de oncología pediátrica, encontré a la niña a la que le quitaron la pierna y la vi bastante bien, al menos emocionalmente. También visité la unidad de cardiología, en donde estuve en la misma sala de espera del ala pediátrica. Encontré a una señora y su madre que tenían tres días de estar en el país. Habían venido de República Dominicana para el tratamiento de su bebé.
El miercoles no salí en todo el día de mi habitación. En la noche fuí a reunirme con una amiga que vino de Mexico. COn Pt trabajamos bastante cerca -al menos virtualmente- durante casi dos años, ahora que vino a recibir una capacitación en las oficinas locales aprovechamos para reunirnos. Retornando de la cena -y casi en el mismo lugar en donde me asaltaron hace casi dos años- un pickup bastante grande se detuvo y bajaron dos personas, una de ellas cargando una escuadra y me quitaron todo todo lo que traía: mi billetera con cincuenta dólares, mi celular y algun dinero que traía en las otras bolsas. Aún les pedí que me dejaran los documentos pero se negaron. Eso fue lo que más sentí en el momento ya que en la billetera llevaba el carnet del colegio profesional y el carnet del lugar a donde he llevado a mis chicos a la piscina durante este año. Ni modo, a veces las cosas solo pasan.
Cuando venía a varias cuadras de donde me asaltaron me percaté que tampoco traía mis llaves. Retorné a ver si habían quedado cerca del lugar pero no logré encontrarlas. Me vine a mi casa y traté de abrir la puerta de mi habitación -por olvidos previos tengo una cuerda que va de la cerradura a la ventanita de la puerta- pero estaba con llave. Fui a la casa del dueño de la casa pero su hijo me comentó que no estaba y que llegaría hasta el día siguiente, que todos estaban por salir. Bastante grotesca la escena, realmente. Eran casi las once de la noche. Retorné a la casa y decidí esperar en el pasillo -dormir si era posible- pero luego me recordé del voluntario que vive a cuatro cuadras de mi casa y fui a pedirle posada. Me desperté a las 11:00 del Jueves.
Cuando llegué a la casa del dueño salió el hijo menor -ya está en la universidad- a decirme que no estaba. Le expliqué nuevamente la situación y le dije que no tenía dinero ni acceso a mi habitación. Luego de esperar un buen rato me acompañó a mi habitación y me prestó las llaves de entrada a la casa y de mi habitación. Fuí al banco a sacar dinero nacional, pasé comprar otro celular -esta vez realmente el mas barato-, a una estación de policía a informar de los documentos perdidos y a una cerrajería a hacer un par de copias de cada llave.
En la noche fui al taller de narrativa. No hice las tareas ni imprimí el material que nos enviaron. La sesión estuvo bastante interesante, se trató sobre el ciclo de las historias y la creación de personajes. Nos dejaron más tareas. Luego de salir del taller -mas o menos a la misma hora de la noche anterior- me dirigí a mi habitación en donde estuve viendo nuevamente un par de películas que tengo en mi portátil.
Me levanté el viernes casi a las once de la mañana. Creo que hay bastantes signos de depresión.
Hay algo en todas estas palabras de tus día a día, que, trasladados al papel toman sus propias dimensiones y por supuesto, uno termina imaginándote pero también sintiendo, justo como las líneas con las que terminás este post.
ResponderEliminarUn abrazo!
Engler,
ResponderEliminarGracias por tus palabras, a veces uno se siente mal aún de sentirse mal... es como que no hubiera una razón -o una suficiente- para nuestro estado actual.
Saludos!