Estaba tratando de recordar cuándo fue la primera vez que escuché la expresión 'el que busca encuentra', que es uno de esos lugares tan comunes de nuestra sabiduría popular; pero debe haber sido cuando era muy pequeño pues no logro precisar un momento exacto... lo más seguro es que haya sido en un mensaje de púlpito o en un programa de televisión.
Y la frase viene a cuento porque luego de varios meses de contactar a organizaciones sin fines de lucro -o pedir referencias a amigos sobre las mismas- para aprovechar las semanas de vacaciones que me están obligando a tomar en mi trabajo, por fin tengo algo firme.
El lunes pasado me escribieron de una organización a la cual me refirió una amiga lejana y luego de estar conversando parte del día sobre las tareas que desempeñan y como se organizan hablé con mi supervisora y mi directora para que me autorizaran ocho días de vacaciones.
Afortunadamente tanto mi supervisora -¡se retira del trabajo esta semana!- como mi directora -¡ella andaba de vacaciones la semana pasada!- no pusieron ningún inconveniente para que me retire algunos días del trabajo; el voluntariado empieza este viernes y termina el siguiente.
Pero, como no me gusta andar corriendo ni los horarios muy ajustados, ingresé mi solicitud en el sistema administrativo para tener libres ocho días empezando este jueves -debo ir al Colegio de Ingenieros a pagar la anualidad- y retornando al trabajo dentro de mañana en quince días.
La persona que me contactó -la que administra las actividades del voluntariado- me agregó a un grupo de whatsapp en donde se coordina todo -somos dieciocho voluntarios en total- y de inmediato me percaté que la mayor parte del equipo son personas muy jovencitas.
Debo acudir este viernes al aeropuerto para encontrar al personal médico que viene del Imperio del Norte y de allí nos transportarán a uno de los municipios más alejados de la capital en donde estaremos laborando por una semana y un día, retornando a la ciudad el siguiente viernes...
Y a ver cómo va eso.
En la salida post labores del miércoles aproveché para comprar un repelente de zancudos pues en el lugar en donde pasaré una semana estaremos durmiendo en galpones y me imagino que por ser un área con bastante vegetación el número de insectos será mayor del que estoy acostumbrado.
Esta semana -por fin- tuve una respuesta directa de mi hija segunda: no había recibido una respuesta luego del último mensaje enviado -donde le comengaba la forma en la que nos organizamos con sus hermanos-; nomás verifiqué que el mensaje había sido entregado y leído.
Hace un par de semanas le escribí para que me confirmara que aún estaba utilizando la misma cuenta a donde le he enviado los regalos de su cumpleaños y navidad desde que está en el Imperio del Norte; por fín, un par de días antes de su cumpleaños me respondió con la confirmación -y excusándose con la carga estudiantil para responder tan tarde-.
En fin, ese día le escribí a mi amigo que vive en el Imperio del Norte y por medio de quien he estado enviándo a mi hija segunda dos veces al año los cien dólares que les brindo a cada uno para sus cumpleaños y navidad.
El viernes, que bajamos hasta el supermercado más cercano en dirección sur, aproveché para adquirir una magdalena pues desde hacía unas semanas había programado visitar al voluntario a quien le estoy enseñando a armar el cubo de Rubik en la casa que alquila en el otro extremo de la ciudad.
No me hacía ilusión conducir casi una hora pero tampoco quería cancelar el compromiso por lo que el sábado cargué en el automóvil lo necesario para la reunión que tenía más tarde e inicié el trayecto; mal pues saliendo de la colonia encontré un tráfico descomunal y me crucé el arriate central para entrar a la ciudad por la ruta del sur.
Pero también esa vía estaba congestionada; me tardé casi una hora -usualmente son diez minutos- para entrar a la ciudad y al final lo que estaba provocando el embotellamiento era que el ministerio público había cerrado completamente la vía -dos carriles- pues tenían acordonada un área casi en la entrada de la urbe.
Con mi amigo habíamos estado comunicándonos por whatsapp para encontrarnos a medio camino pero al final llegué directamente a su casa pues no seleccioné bien el destino en google maps -utilicé la navegación por vos para realizar el recorrido-.
Total que llegué casi a las diez y media a la casa de mi amigo y tuve que esperarlo aún un rato pues él estaba en un supermercado -esperándome- y al final estuvimos en su casa nomás como treinta o cuarenta y cinco minutos -eso sí, desayunamos- pues yo tenía que dirigirme luego a mi reunión quincental.
Como mi amigo y su esposa debían dirigirse a la casa de sus padres -en otra de las esquinas de la ciudad- aproveché para que me guiaran en el retorno al centro; tenía un margen de un poco más de una hora -aunque Google decía que se necesitaban 20 minutos- y al final estaba parqueándome a pocas calles del lugar de la reunión 10 minutos antes del límite.
El retorno a la ciudad no estuvo tan lento, a pesar de que había bastante tránsito seguí el vehículo de mi amigo por varias rutas secundarias y llegué al centro con bastante tiempo de antelación, pero, ese día era el desfile del orgullo por lo que para avanzar las últimas calles me consumí casi el mismo tiempo que para llegar al centro.
La reunión estuvo bastante tranquila: se suponía que discutiríamos sobre el mito del barco de Teseo y sobre Heráclito y el río; pero la conversación fue más amplia y las dos horas estuvieron -a mi parecer- bien aprovechadas; mi hija mayor llegó un poco después del inicio y mi hijo menor casi al final; y participaron otras cuatro personas -tres de ellos, creo que indigentes-.
A las tres empaqué la cafetera y los otros implementos y nos retiramos con mis hijos del lugar; luego nos fuimos a almorzar a un Carl's Junior en donde no había estado por varios años y estuvimos en el lugar más de una hora entre almuerzo y conversación.
Un poco después de las cinco pasé a dejarlos a sus respectivas habitaciones y retorné a mi casita; por cómo se había desarrollado el día -embotellamiento, reunión y reunión- me sentía completamente drenado de energía por lo que retornar a casa fue bastante reconfortante.
Por la noche -y todo el día de ayer- estuve consiguiendo documentos de identidad y llenando formularios para la inscripción del terreno en el que estoy construyendo en el puerto: mis papás me habían hablado y me habían dejado un mensaje con Rb pues, al parecer, el comité de vecinos del lugar está trabajando en la regularización de las propiedades.
Aunque creí que ayer Rb asistiría a la iglesia en la mañana -estaba preparado para conducirla en el auto- no sucedió y en la mañana nomás acudimos al supermercado a comprar un poco de fruta -y un poco de tiburón-; almorzamos las alitas de costumbre y por la tarde le pedí a Rb que me acompañara a imprimir uno de los formularios que debía firmar, escanear y enviar al puerto.
También me tocó que pagar el tercer mes -espero que únicamente de cuatro- de Super Duolingo; y espero repetir el mismo pago únicamente el siguiente mes pues el objetivo del mismo: completar el nivel legendario de los más de doscientos niveles, se ha quedado corto; creo que no he llegado ni a la cuarta parte de esa cantidad y creo que debo cambiar el enfoque.
He estado avanzando bastante con Los Astronautas -un capítulo luego de cada libro de mis líneas de lectura- por lo que ya casi estoy por concluirlo; creo que después leeré otro que la autora aconsejó en una entrevista: La historia de los vertebrados; también me falta un par de porciones de 2666.
El que estoy sopesando seriamente si completarlo -creo que ya pasé de la mitad- es Lean Your Loneliness Slowly Against me... y es que no es tanto de matemáticas como de romances tóxicos; aún estoy meditando si dejarlo a medias y empezar el siguiente de la misma línea: Black Cake; también, casi termino el de Aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro.
Sigo avanzando en The Agile Samurai y en Bad Thoughts, leyendo dos capítulos de cada uno en cada iteración; además estoy entrando lentamente a Zen Training pero me preocupa que las instrucciones sean demasiado formales: estuve viendo algunas gráficas de la posición de Zazen y coloca la posición de rodillas como inadecuada.
Y a ver cómo sigue eso...