Hace tres semanas, mientras almorzaba con mi amigo el poeta, le comentaba que este es el año en el que menos he estado publicando en el blog, cuando le conté que había publicado como ochenta y algo entradas se mostró sorprendido pues él nunca publica tanto; la gran diferencia entre los profesionales y nosotros los aficionados.
Hoy me toca trabajar mediodía. La primera vez que trabajo en mucho mucho tiempo en esta fecha; no recuerdo cuanto tiempo realmente pero han sido muchos años. Esta mañana estaba recordando agradecidamente que durante los últimos cinco años –desde mi retorno de Portland- he estado trabajando por estas fechas. El primer año –dos meses después de mi retorno- ya estaba en mi segundo trabajo, como Jefe de Producción en la planta de impresión de data variable. El segundo año estaba como Ingeniero de Soporte en la empresa de microfinanzas.
El tercer año seguía como Ingeniero de Soporte. El año pasado, después de seis meses en el banco más grande del país como Auditor de Procesos y Sistemas había retornado a la empresa de microfinanzas aunque ahora como analista de calidad de software. Este año ando analizando procesos. ¿Dónde iré a estar el otro año?
Porque si las cosas avanzan como espero, en un par de meses o menos estaré haciendo lo que quería hacer cuando me pasé aquí, Project Managing. La segunda semana de enero debo ir a una entrevista con la máxima líder de una empresa de software que me contactó vía Linkedin.
Y los días han ido pasando. Las ideas de vida también. Si me paso a ese trabajo adquiriré un automóvil –es uno de los requisitos- y será otra de las intenciones que estaré dejando: no volver a poseer un automóvil. Pero creo que también debo dejar de ser tan ¿intransigente? ¿intolerante? En fin.también estoy a medias de la compra de un Kindle. Espero que venga antes del fin de año.
He estado leyendo un poco más. Terminé anoche The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, espero que sea el último libro impreso en la oficina que lea. A partir de ahora, puro Kindle.
Y lo otro. Con la dama con la que habíamos planeado salir hemos estado ya tres fines de semana en su casa casi íntegramente. Me prestó su automóvil hace un par de sábados y pude –por fin- llevar a mis chicos a visitar a mis padres al puerto. Fue un buen sábado aunque el automóvil se me sobrecalentó en el viaje de vuelta. Afortunadamente en la autopista se mantienen grúas de soporte. Me salvaron el día. Ese día la pasamos con mis padres, mi hermana y mi sobrino. Almorzamos en la casa paterna y nos metimos al mar por un poco más de un par de horas.
Y luego, el sábado siguiente nos tocó que ir a un pequeño almuerzo en un buen restaurante de la ciudad en donde me dieron un pequeño monto por el cuento del Ponicornio que había escrito un par de meses antes. Lo bueno fue que no tuve que pensar en el almuerzo de ese día. Lo no tan bueno fue que me fui a gastar el triple de lo que me premiaron en libros para mis chicos. En todo caso, nunca siento que el dinero en libros sea un error.
Los últimos tres fines de semana –o al menos el sábado por la noche y todo el domingo- me he estado quedando en la casa de Rb quien también es parte de mi grupo de voluntariado, es traductora inglés/español, lee y juega scrabble. También coincidimos en las edades.
Es el primer año que estoy en mi grupo de voluntariado y no visito en la mañana del veinticuatro de diciembre. Hace tres años visitamos con la líder del grupo que murió hace un par de meses, fuimos a un hospital en el centro. El año antepasado y el pasado participé en una celebración que realiza una familia en una de las zonas más populosas de la ciudad. Este año me tocó venir a la oficina. Hasta las doce del mediodía. Tampoco asistí este año al convivio que organiza mi grupo de amigos de los sábados por la noche, pero eso fue por pasar el domingo con Rb.
Anoche pasé a dejarle a mi hija segunda un libro que fui a cambiar a la mejor librería de la ciudad pues el libro que le había comprado hace dos sábados había resultado inadecuado. Era de adolescentes, pero españoles. El nuevo libro es un thriller juvenil que envuelve a Sherlock Holmes de adolescente y otro par de investigadores.
Anoche acordamos con la madre de mis hijos que pasarían esta tarde conmigo. Les daré sus regalos de navidad. Le compré el viernes pasado un lego a mi hijo y ayer unas agendas a mis hijas.
Luego me iré a la casa de Rb, planeamos cocinar lasagna y luego dormir hasta mañana. Para mañana también decliné la invitación de mi grupo a viajar al puerto. Los días con Rb han estado muy buenos.