El jueves lo había pedido específicamente porque había una visita con mi grupo de voluntarios a una aldea fuera de la ciudad. Son solamente 60 kilometros de distancia de la capital del país pero -en palabras de una de las organizadoras de la actividad- a años luz de desarrollo, es como ir a las profundidades del país.
Para empezar los últimos seis o siete kilómetros de camino no estaban asfaltados. La reunión la programaron para las 7:00 AM en el mismo lugar de nuestro entrenamiento a principios de año. Fueron bastante puntuales y a las 7:25 partimos del lugar en tres o cuatro micro buses. El viaje tardó alrededor de dos horas y la actividad como dos horas y media. Se trataba de interactuar con varios cientos de niños, hijos de las señoras a las que están tratando de patrocinar una sociedad de ex alumnas de uno de los mejores colegios femeninos de la ciudad.
La actividad en general estuvo bastante bien. Se empezó bastante desorganizadamente pero se logró integrar a casi todos los niños en varias dinámicas, canciones y juegos de grupo. También tratamos de hacer sonreir a las señoras. Lo interesante de este pueblo es que todo el elemento masculino brillaba por su ausencia y es que, según me explicó la única pareja de adolescentes que encontré, todos los hombres en edad de trabajar -o sea arriba de diecisiete años- se ausentan alrededor de cinco meses de la aldea para ir a trabajar a algún ingenio o industria similar.
Retornamos a la capital alrededor de las 4. Me sentía un poco cansado pues me había levantado a las 5:30 pero acepté la invitación de Pj, Ms y Jc a almorzar con el compañero que vive a pocas calles de mi casa. Compramos pollo frito y estuvimos un par de horas conversando. A las 5:00 me llamó Mv para indicarme el lugar en el cual nos reuniríamos a las 6:00, como habíamos acordado el día anterior. Debo decir que mi estado de ánimo no era el mejor, pues además de madrugar y la actividad del día me enteré -en el viaje de ida- que el día anterior habían notificado a los voluntarios que habían sido seleccionados como encargados de grupo para la nueva generación de voluntarios. Yo había aplicado a la posición y me sentí bastante decepcionado de no ser incluído. Mucho de la decepción me parece que consistió en razonar sobre las personas que si habían sido seleccionados y compararme -mentalmente- con ellos.
A las 6:00 me encontré con Mv. Estabamos en la fila del cine cuando un excompañero -me parece- de universidad se acercó a saludarla y comenzaron a conversar animadamente. El tipo iba con una anciana -su madre- que también fué excluida de la conversación, por lo que rodeándolos empecé a conversar un poco con la misma. Mi ánimo decayó completamente luego de esto -no solo por sentir celos, sino porque al final no tenía razón para sentirlos-. Al final entramos a ver con Mv la última comedia de Robert Downey Jr. Como no soy bueno para fingir Mv me empezó a preguntar si andaba todo bien y le aseguré que andaba todo bien. Que me sentía cansado nomás. Ah si, a Mv también la eligieron como encargada de grupo. Terminamos de ver la película y abordamos el transmetro. Usualmente con Mv -siento- que yo llevo la conversación y por supueseto, al verme callado, empezó a interrogarme sobre si me pasaba algo. Nomás le dije que estaba de bajón y que seguramente era por la madrugada y la noticia de los encargados. Me despedí llegando a mi estación del transmetro y caminé a mi casa. Me llamó un poco más tarde para decirme que ella esperaba también que yo apareciera en el listado de encargados y que esperaba que se me pasara rápido la depre, que me quería mucho.
Este día no llamé a Mv para nada. De hecho, la mayoría de días desde hace unas tres semanas no la llamo. Creo que es hora de dar el siguiente paso: No contestar tampoco sus llamadas o acortarlas lo más posible. En la tarde -casi a las 6:00- recibí una llamada de Mv pero, o yo estaba hablando muy bajo o ella no estaba escuchando bien pues no pudimos establecer una conversación coherente. Le propuse que siguieramos por msn y estuve conversando -bastante esporádicamente- como media hora. Terminé mi turno a las 8:00 PM y me vine a mi casita a cenar y ver Medidas Extremas.
Este día también llamé a mi mejor -?- amiga de Portland. Estuvimos conversando un rato pero la verdad creo que hasta mi inglés baja bastante cuando ando de depre. Al final tuve que cortar pues se vino algo importante en mi trabajo y mi jefa llegó a mi computadora a verificar un par de datos. Acabo de verificar el correo de Yahoo y encontré un correo de mi mejor amiga de Portland. Viene en Marzo con su esposo y un grupo de Hábitat para la Humanidad. Espera verme. Y a mis niños. Y a mi grupo de voluntarios. Le respondí en una forma bastante sombría pues ninguno de los días que planea pasar acá es domingo y no creo que pueda tampoco presentarle a mi grupo de voluntarios. Le conté que la otra semana me voy a mi ciudad natal a visitar a mi hermana.
Creo que ya se me empezó a pasar la depre. No se si algún día aprenderé a dosificar mis días -no muchas actividades en el mismo día- o a afrontar mejor los hechos desagradables que se me pueden presentar de un día a otro.
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