El año pasado -o antepasado- leímos, en el club de lectura de la biblioteca de la universidad, un fragmento -el inicio creo- de La invención de la Soledad de Paul Auster. Me pareció que escribía bien el señor. Estadounidense y entre 50 y 60 años actualmente. Me llamó la atención que el libro empieza con la llamada en la que le cuentan la muerte de su padre. Me recordó a la película El Gran Pescado, no se si tiene relación. Ayer que me puse a investigar un poco más del autor -estuve entreleyendo un par de libros de Auster el domingo en la biblioteca de la universidad- me enteré que cumple años el mismo día que yo. Sus libros tratan -según algunos blogs- sobre la identidad, la soledad y cuestiones existenciales. El lenguaje y estilo me parecen bastante digeribles.
Mi cumpleaños no terminó bien. Como al mediodía al revisar mi correo de hotmail me encontré con un par de mensajes -muy escuetos- de mi ex esposa ofreciéndome que invirtiéramos el regimen con mis chicos. Yo los tendría toda la semana y ella los fines de semana. Me puso mal porque en mi situación actual no podría aceptar su oferta. Trabajo todo el día y no se como haría por las tardes con mis chicos. En fin, los mensajes me provocaron un bajón de ánimo bastante pronunciado. A las 6:30 me retiré de la oficina, me fuí a cenar a Patsy -igual que el año pasado- y luego retorné a la oficina para irme con el compañero A al partido de futbol de los viernes por la noche.
Como el compañero B no pudo acudir, al terminar el partido le pedí jaló a P y me pasaron a dejar al Trebol, de donde tomé el transmetro para dirigirme a mi habitación.
El sábado continuaba con el ánimo bajo. No recibí tampoco información de visita de mi grupo de la mañana y me fuí con el grupo de Mv a visitar el hospital de cancerología. La mayor parte de la visita la pasé con mi nueva amiga del voluntariado. Alrededor de una hora estuvimos conversando con un anciano que tenía un tumor detras de la oreja izquierda. El señor se veía bastante conservado a sus 84 años. Nos estuvo contando una gran parte de su vida. Nos agradeció por llegar a escucharlo. La última media hora la pasamos en una habitación en donde había un señor bastante grande en una cama y un joven -35 creo- en la otra. El joven tenía cancer en la columna vertebral y me comentó directamente que el doctor le había dicho que se iba a morir. Tratamos de pasar un momento con cada uno de ellos.
Después de la visita el grupo de Mv estaba organizando un almuerzo y había planeado acompañarlos un rato. Lastimosamente hubo bastante atraso en la obtención de la comida y preferí dirigirme al Wendy's en el que debía juntarme con mi grupo de la tarde. Con el grupo de la tarde visitamos un asilo -creo que es el más grande del centro histórico- en donde solo atienden a ancianas. Estuve una gran parte de la visita conversando con un par de ancianas bastante coherentes aún. También estuvimos cantando con un compañero que llevaba una guitarra.
Después de la visita la encargada del grupo de visita me entregó una bolsita de regalo de cumpleaños -con globos y algunas sorpresas infantiles-, nos repartieron unos cubiletes y luego nos dirigimos a la casa de una voluntaria que cumplía años ese día. La celebración estuvo genial, empezando porque alguien llevaba un par de bolsas de cascarones de carnaval. Después de armar un buen relajo con los cascarone estuvimos en la sala de la compañera, comiendo tacos y pastel. La encargada del grupo y su novio pasaron a dejarme a pocas calles de mi casa un poco después de las 9 y media.
El sábado había olvidado mi celular en la habitación y cuando retorné tenía como 10 llamadas perdidas. Un par de las llamadas era de Axl -se suponía que ibamos a salir ese día por la tarde- otro par de mis amigos voluntarios del sábado por la noche y los otros números eran desconocidos. También me había llamado mi jefa. Continué leyendo el libro de Larsson y me dormí casi a media noche.
El domingo nos pasamos la mayor parte de la mañana en la habitación con mis chicos. Yo había esperado que mi ex esposa saliera ese día para que conversaramos pero no sucedió. Sin embargo en el día yo no me sentí con muchos ánimos de hacer algo. Les comenté incluso a mis chicos que había algo que me estaba preocupando. Refaccionamos plátanos y almorzamos en el McDOnald's de la Universidad. Incluso encontré una mosca entre las papas fritas. Definitivamente mi energía no era la mejor ese día. Después de almorzar pasamos un rato a la biblioteca, en donde estuve ojeando libros de Paul Auster.
En la mañana habíamos estado jugando ajedrez -en simultaneo- con mis chicos pero el pequeño se había desesperado casi al final de la partida. Para terminar el día jugamos un ratito Dos y luego los fuí a dejar a su casa. Retorné a mi habitación y traté de continuar la lectura de Larsson pero empecé a dormitar. Como a las 8:00 tocaron el timbre y uno de mis vecinos salió a abrir. Vinieron a tocar a mi puerta y eran mi hija mayor y mi hijo menor. A mi hijo menor se le había olvidado realizar una tarea y venían a ver si tenía una moneda de otro país. Afortunadamente tenía una moneda de Nicaragua que me regaló el año pasado P, la que les dí. Continué leyendo un poco y me dormí antes de medianoche.
Ayer entré a mi trabajo a las 8:00. Mi jefa me comentó que me había estado llamando el sábado pues el papá de la practicante que nos ayudó en diciembre había muerto ese día. Cancer. Le conté que había olvidado mi celular. El día de ayer -y hoy- estuvo bien pesado, con bastante presión para avanzar en varias asignaciones. Salí de mi trabajo un poco antes de las 6:00 y fuí al club de ajedrez para la última ronda del torneo. No llegó la persona contra la que me tocaba jugar y me retiré como a las 7:30 del lugar. Cuando iba pasando por la estación de la 18 calle en el transmetro vi que Mv iba caminando por una calle lateral, hablando por teléfono. Me bajé en la etación y la esperé, nos venimos conversando -realmente casi solo yo con mi situación actual- hasta mi estación. Cuando revisé el correo en mi habitación encontré otro mensaje de mi ex esposa.
Este día entré al trabajo a las 8:00 nuevamente. En la mañana estuve trabajando fuertemente en una de las tareas prioritarias y luego me llamó el gerente general para una reunión con mi jefa y los supervisores de otras dos áreas. Estuvo bastante tensa la reunión pero traté de enfocarme en los hechos. Al final uno de los supervisores de otra área estuvo trabajando a la par mía una parte del resto del día para avanzar en la asignación -era algo que tenían que reparar- y al parecer ya está concluida. A la hora del almuerzo me dirig{i al banco en el que me depositan de mi trabajo para trasladar un poco de dinero a la cuenta que utilizo con tarjeta de débito.
Salí del trabajo casi a las 7:00. Uno de los programadores me dió jalón hasta un punto intermedio y pasé al supermercado a comprar un par de zanahorias. Como ya era bastante tarde cuando llegué a mi colonia encontré la panadería cerrada. Compré un par de galletas para cenar con té y encendiendo mi computadora estaba cuando un vecino vino a tocar la puerta. Me entregó un paquete. Primero pensé que era de parte de Erik. Luego vi el remitente y a pesar de ser de acá no lo reconocí. Como estaba dirigido con mi título profesional creí que era algo del Colegio de Ingenieros. El paquete traía un libro de lectura de sexto primaria y una carta de la editora, agradeciéndome el haber permitido incluir mi cuento en el libro. Ya había dado por hecho que la señora no iba a cumplir su promesa de enviarme un libro cuando publicaran mi cuento. Esto me levanta el ánimo: Recibir un libro que será utilizado como texto para sexto primaria con mi cuento y algunas actividades para trabajar valores.
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