Champ, quien tiene un comportamiento un
poco diferente al normal se pone a explicar en cada cumpleaños su
teoría de las décadas de vida... según ella estoy entrando en mi
quinta década, pues toma la cuenta de 0 a 10 como la primera y así
sucesivamente... en fin.
La semana pasada casi no comí en el
día. El miercoles, cené una torta y había comprado un almuerzo al
mediodía. El viernes pasé a comprar un asado. Luego al almuerzo,
casi sólo avena, incluso la compañera que entró el mismo día que
yo me echó un sermón sobre la necesidad de una alimentación
balanceada.
El jeves salí entre seis y siete y me
vine directo a mi casita. El viernes tuvimos una reunión con mi
jefa en otra torre de la empresa. Estuvimos un poco más de una hora
en una reunión con un grupo de implementación por una nueva
funcionalidad. Al mediodía salí a almorzar avena y a recibir el
sermón de la compañera. Creo que es imposible que no se metan en
la vida de uno. No iba a salir muy tarde pero debido a la reunión
de la mañana empecé a trabajar en otra línea paralela, también
la jefa de mi jefa me asignó para la búsqueda de un software
especial de un área de soporte.
Salí entre siete y media y ocho. La
misma supervisora que me había dado aventón el viernes pasado
volvió a traerme a mi colonia. Me dejó cerca de los asados, a
donde pasé a comprar mi cena y vine a mi casita a ver un poco de una
película argentina: dos más dos. Me dormí un poco antes de
medianoche.
El sábado retorné a las visitas de mi
voluntariado. Antes de irme a visitar dejé un baño con ropa en
remojo. Como no quería visitar con mi grupo oficial me dirigí al
restaurante en donde es común que se reunan varios grupos. Me fuí
con un grupo al hospital más grande de la parte sur de la ciudad.
Al área de cirugía y adultos. Lo más emotivo de la visita fue
brindarle un abrazo a una chica que estaba muy apenada pues su madre
está en proceso de cirugía. Al mediodía retorné al mismo
restaurante a almorzar y a reunirme con mi grupo de la tarde.
Visitamos un asilo cerca de mi colonia.
El asilo es bastante pequeño y la mayoría de ancianos tienen
dificultades para interactuar. Estuve un rato en una habitación con
un anciano en silla de ruedas, le costaba conversar y únicamente el
regalé una grulla de origami. Después de la visita nos organizamos
en comités para la mejor organización de las visitas. También me
regalaron un chocolate por mi cumpleaños. A esta visita acudió un
padre con su hijo, ambos sonriseros.
El voluntario que vive en la misma
colonia me había enviado un mensaje invitándome a pastel pues el
más nuevo del grupo de los sábados por la noche había cumplido
años un día antes. Justo mi ex alumno. Vine a mi habitación a
lavar la ropa que había dejado en remojo y luego me dirigí al
pastel. Después nos dirigimos a la casa de otro integrante
esporádico de este grupo quien debía ir a devolver el niño que
habían tomado del nacimiento el día de navidad. El evento estuvo
bastante interesante pues le pidieron apoyo a una patrulla de la
policía y hubo bastante teatro. Nunca había participado en una
celebración de este tipo. Después de las disculpas y la penitencia
tomamos ponche y tamal -yo dos-. Luego el cumpleañero del día
anterior nos retornó a la casa del voluntario que vive en la misma
colonia y le pedí aventón a otro voluntario hacia mi casa. Me
dormí un poco antes de medianoche.
El domingo me levanté un poco temprano
y arreglé mi habitación. A las 9:30 fuí por mis chicos. Mis
chicas ya estaban listas pero el pequeño aún estaba desayunando.
Volvímos a conversar con mi ex esposa aunque en esta ocasión un
poco más calmados. De todos modos hubo lágrimas de ambos. Al
final quedamos en paz. Quizá demasiado, pues justo como lo
imaginaba mi ex esposa aún espera que algún día vuelva con ella.
Al final me dió un par de besos. Traté de mantener la calma.
Al final salimos de la casa de mis
chicos casi a las 10:30. Venimos a mi habitaciń a ver unos videos
que les tenía preparados y un capítulo de Phineas y Ferb en inglés.
Luego fuímos a comprar naranjas para la refacción, la cual hicimos
dentro de mi habitación. Después de leer un poco preparamos las
cosas -mis peques me regalaron una mochila por mi cumpleaños- y nos
fuímos a almorzar a los campos de la universidad. Como estaba
amenazando la lluvia comimos en los corredores de la rectoría:
arroz chino y wantán. Habíamos comprado un par de aguacates pero
los olvidamos en mi habitación.
Después de almorzar fuímos un rato a
la biblioteca y luego pasamos por su hora de internet. Retornamos a
mi habitación bastante tarde. Casi a las seis. Mis chicos me
ayudaron con los trastes del día y luego vimos quince minutos de
enredados. Para finalizar el día estuve respndiendo el poco más de
centenar de mensajes de felicitación que mis conocidos más cercanos
dejaron en mi muro de facebook. También recibí como tres mensajes
de texto, de mi hermana y un par de primas y un par de amigos.
También me llamó mi jefa por la mañana y PJ, y alguien más en la
tarde que no pude identificar. En fin, un buen cumpleaños. Aunque
raro por el espisodio de la mañana con mi ex esposa que me dejó
realmente intranquilo. A ver cómo va eso.
Después de cenar un poco de pan
tostado y un cubilete que mis chicos me habían traído estuve viendo
un poco de películas. Me dormí un poco después de las diez,
dejando el reloj para las 5:30 pues había planeado llevar panes con
salchica y aguacate, aprovechando lo sobrante del día.
Hoy me levanté bastante rápido. En
cuanto sonó la alarma. Planché la camisa del día y lustré mis
zapatos, salí a comprar salchichas y pan y preparé los panes para
el almuerzo. Salí de mi habitación un poco antes de las siete y no
compré pan en el camino ni llevé avena pues habían planeado pastel
en la oficina este día por mi cumpleaños. Y chuchitos. Mi jefa y
sus compañeras supervisoras adornaron mi escritorio con globos,
confeti y letreros de feliz cumpleaños. Bastante temprano partimos
un pastel Selva Negra y lo complementamos con un chuchito. La
mayoría guardamos el otro para el almuerzo.
Estuve en la mañana trabajando en la
modificación de un formulario. Iba a salir a almorzar mis panitos y
mi chuchito sobrante pero mi jefa y una de sus compañeras
supervisores me propusieron ir a Burger King. Es bueno cumplir años.
Me invitaron a un King de Pescado. Luego las acompañé a comprar
unas bandejas para la oficina y retornamos casi a las tres a la
oficina. Continué trabajando en lo que llevaba entre manos y salí
un poco antes de las siete. Tengo un gran cúmulo de trabajo.
Cuando acababa de abordar el Transmetro llamé a mi hija mayor pues
ayer le había prestado mi cincho y olvidé pedírselo antes de irlos
a dejar. Vine a mi habitación a cambiarme de ropa y fuí por mi
cincho. Salió únicamente mi hija mayor pues estaban en la hora de
la cena. Espero no dormirme muy tarde pues planeo levantarme otra
vez a las siete. Llevaré mañana para el almuerzo una sopa ramen
con cubitos de aguacate y rodajas de salchicas. A ver cómo va eso.
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