Y no, el trabajo en el otro lugar no se dió. Se lo dieron a mi compañerito en el lado opuesto de mi pasillo. ¿Irónico?, no sé, cuando yo me enteré de esa oportunidad lo contacté pues supuestamente su hermano trabajaba en ese lugar. Él aplicó y al final él quedó. También tiene 15 años menos que yo y contaba con una visa estadounidense vigente (la mía expiró hace un par de años y no la quise renovar). En fin, aún me llamaron para una última entrevista y luego para un recorrido a las instalaciones y luego nada. Me enteré del resultado hasta el día en que el susodicho renunció acá y se largó a Canadá, con un sueldo alrededor del 50% más de lo que tenemos acá. Y luego pasé por un par de semanas de enojo/bajón/incomodidad. Y eso fue el inicio del último mes del 2017. Y bueno, al final las cosas pasan.
A finales del mes de diciembre mi hija mayor me informó que quería irse a vivir sola, intentó elaborar algo como que todo lo hacía mal y no quería afectar a nadie. Intenté razonar con ella sobre las conveniencias de seguir al menos un poco de tiempo más en mi casa. Un mes antes de eso o algo así me había notificado que ya no seguiría en mi vieja facultada, que estudiaría artes o periodismo o alguna de esas carreras hipsterianas. Las opciones que le había dado (igual que a mis otros dos vástagos) fueron: estudiaba algo interesante (medicina, ingeniería, arquitectura, o similar) y yo me hacía cargo de cualquier gasto; estudiaba algo hipster (artes, comunicación, psicología o similar) y debía trabajar y estudiar -podía seguir en mi casa-, no estudiaba nada y debía trabajar (y podía seguir en mi casa).
Cuando me comentó que se quería ir de casa escribí una nota para los cuatro (su madre y sus dos hermanos) comentando como estaba la situación y tratando de globalizar el status de los tres: ella queriendo estudiar algo liberal, trabajar (estaba en el período de entrenamiento de un call center en inglés) y vivir por sus propios medios; su hermana en el colleges dos países al sur del nuestro; su hermano menor recién egresado del ciclo básico y sin haber decidido que estudiar en el nivel medio. Distribuí la nota por Whatsapp y facebook.
Al final se largó de casa y no me opuse. Tampoco la he contactado, de hecho la dejé de seguir en Facebook luego de ver un par de publicaciones en donde mostraba sus piercings y hablaba sobre las compras que ha estado haciendo (ropa, zapatos, etc). Hace un par de semanas mi hijo me comentó que debía escribirle pues acababa de publicar en Facebook que la habían asaltado. El texto era bien interesante pero no la llamé, creo que necesita mucho espacio en su vida por estos tiempos.
Mi hija segunda también ha tenido su carga de dificultades en el college en el que está por terminar su primer año. Se supone que son dos años y la adaptación no ha sido tan fácil como se lo esperaba (o nos lo esperábamos). He recibido un par de correos en donde me notifican de repetidas ausencias a clases e incluso amenazan con suspenderla. He tratado de hablar con ella pero sólo minimiza los eventos. No vino para diciembre y creo que fue una buena decisión pues al parecer la carga estudiantil es bastante pesada. Al final del año escolar como que es obligatorio que retorne a casa. El mes pasado el envié el pasaje de avión. Viene la última semana de mayo y se supone que regresa la primera semana de Agosto. A ver como va eso.
Mi hijo menor. En la nota que envié le informé a la mamá de mis hijos que no estaba de acuerdo en que lo pusiera a estudiar solo los fines de semana. No sé si escribí que me parecía una idiotez pero eso es lo que pensaba. Indiqué que si estudiaba en esa modalidad esperaba resultados super altos o dejaría de aportar dinero para su manutención. Al final me citó al buffete popular de mi antigua universidad y firmamos un acuerdo en el que ella ponía a estudiar a mi hijo en un régimen de estudio normal y yo seguía aportando la misma cantidad de dinero que he estado depositando desde que mis hijas ya no viven con ellos. Se suponía que mi hijo tampoco quería estudiar sólo los fines de semana, pero la verdad es que ya no creo todo lo que me dicen.
Ahora está estudiando bachillerato en computación (les empecé a enseñar a programar a los tres desde hace cuatro o cinco años) y este sábado (ahora mis sábados con chicos son sólo sábados con chico) llegó con un promedio alto pero una clase perdida (porque las tareas le parecen aburridas). La consecuencia es que pasará durante los próximos dos o tres meses haciendo un par de hroas de esas tareas aburridas en mi casa. Espero que todos aprendamos.
El trabajo sigue. Después de que mi compañerito se largó me pusieron como principal analista del proyecto que él llevaba; trabajando muy de cerca con la directora de nuestro departamento. Le expresé (y a mi supervisor) que quería que me subieran de posición (esto parece el gobierno en ese sentido) y se supone que evaluarán este proyecto para ver los pasos a seguir -igual, grandes esperanzas no tengo-. El proyecto en el que he estado trabajando desde finales del año pasado (se suponía que teníamos que entregarlo en diciembre) se ha alargado y debería de terminar el otro mes.
He trabajado bastante cerca con la directora y le pedí a Rb que me ayudara a no sobretrabajar como hace un par de años. Al final me ha tocado trabajar algunas horas las noches del sábado y un par de horas los domingos. Además, una semana antes de Semana Santa pedí que me dejararan trabajando remotamente pues podía aprovechar las noches para transferir archivos. Al final terminé trabajando tres semanas desde la casa de Rb, incluyendo la Semana Santa. Como la hermana de Rb venía de nuestro país vecino del norte aproveché ese asueto diferido para acompañarla al aeropuerto.
La mala (?) noticia es que ya no tendré trabajo remoto. Por decisiones del más alto nivel se ha estado hablando desde el año pasado que nos quitarían ese 'privilegio'. A otros departamentos les confirmaron desde la semana pasada que debían estar todos los días en la oficina, nosotros tenemos una reunión hoy en la tarde y varios analistas ya dan por sentado que esa es la noticia más importante de nuestra reunión mensual.
La verdad es que tengo como cinco meses de no vivir mucho en mi casa. Mi semana empezaba saliendo el lunes a las 5:00 de casa de Rb, trabajando todo el día en la oficina y retornando en la noche a mi casa. El lunes y martes estaba durmiendo en mi casa y el miércoles a mediodía me iba de la oficina a casa de Rb en donde trabajaba un par de horas el miércoles, así como todo el jueves y viernes. El sábado retornaba en la mañana a mi casa para pasar el día con mi hijo y luego en la noche regresaba a donde Rb, los domingos visitábamos con nuestro grupo de voluntarios y terminaba la semana cocinando en su casa para los primeros dos días de mi semana en la oficina. Y luego estaban las semanas como estas tres últimas donde no salía de su casa más que para pasar el sábado con mi hijo.
Nuestro voluntariado también ha cambiado, y no para bien. Por una u otra razón la junta directiva decidió un reentrenamiento (remotivación) y suspendieron las visitas. Estamos iniciando el cuarto mes del año y únicamente hemos visitado un par de veces entre enero y febrero. Se supone que mejorará pero la verdad es que había decidido empezar a realizar visitas de forma independiente; también contacté a un amigo que fue voluntario en la Unidad de Oncología Pediátrica pero ya no oí nada de él. Aún veremos como se desarrolla eso.
Y la vida sigue...
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