Este es un día lluvioso... de los que invitan a pasarse todo el día en cama; leyendo o durmiendo; y eso es lo que he estado haciendo casi toda la jornada; en general ha sido un tiempo bastante similar durante los últimos días; se suponía que había una depresión tropical en el Atlántico -o algo parecido- y la mayor parte de las tardes de esta semana han estado parecidos.
El lunes estaba leyendo en cama cuando ví un correo/mensaje recibidos media hora antes; decía que tenía que recoger mi nuevo equipo entre diez y once de la mañana; eran las diez y media; le escribí (respondí) a mi supervisora, para coordinarlo el martes en el mismo horario; luego contacté al área de la empresa en la que deben entregarme el nuevo equipo; se supone que se puede realizar de esa forma.
Por la tarde envié la primera parte (de veinte) de la información que estaremos compartiendo durante el evento de ciberseguridad en el que nos hemos embarcado durante tres meses; continuo avanzando con La blague du siecle; también decidí leer Bang Bang Bodhisattva antes de The City and The City; además, empecé a ver una serie con Rb: Critical Incident; aunque me sigue produciendo incomodidad -por alguna razón- ver que toda la ‘cultura’ australiana es realmente Europea trasplantada allí (o sea, al igual que por nuestras tierras, los pueblos originarios brillan -con excepciones- por su ausencia).
El martes me levanté a las seis y media; medité y entré a la reunión diaria; luego estuve haciendo Duolingo en cama; más de media hora pues era improbable que pudiera continuar más tarde: debía ir en la mañana por mi nueva máquina a las oficinas.
Un poco antes de las nueve me levanté a desayunar; a las nueve y media empaqué mi computadora laboral anterior y, despues de revisar los líquidos del auto, inicié el viaje hacia las oficinas: salí bastante rápido pero a un par de cuadras empezaba ya el embotellamiento; me tardé media hora en llegar al cruce donde se integra el tránsito del municipio vecino (usualmente no son más de cinco o diez minutos); otra media hora para llegar a la zona en la que está la oficina.
Al final el viaje de media hora se convirtió en hora y quince minutos; afortunadamente pude entrar al parqueo sin ningún contratiempo y pude entregar la computadora anterior y recibir la nueva sin mucha dificultad: nomás me tocó encenderla dentro de la red para sincronizar los archivos de la máquina anterior.
Luego retorné a casa; el viaje de vuelta me llevó un poco más de media hora -incluyendo unos minutos en los que pasé a rellenar el tanque del auto: casi diecisiete dólares-; vine antes de las doce pero olvidé utilizar el cofre de Duolingo de antes del mediodía.
Al mediodía almorzamos el pollo asado y las papas preparadas en la misma forma; con un poco de consomé que nos sobró del fin de semana; después sacamos a caminar a los perros de Rb; pero nomás pudimos dar una vuelta -igual que ayer- pues casualmente la lluvia ha estado un poco fuerte a la misma hora.
Antes de las cuatro el Dev que está trabajando en la tarea que creé hace unas semanas me contactó para que vieramos algunas dudas que tenía; puse una reunión con el analista del área que más se ha estado involucrando y otro dev que está viendo el backend.
Lo malo es que la reunión se veía que estaba alargándose y me gusta salir a las cuatro de la tarde -empiezo a trabajar antes de las siete- por lo que me despedí aduciendo que aún no había terminado de configurar mi máquina.
Fuimos con Rb a los supermercados en dirección sur; en la tienda de descuentos compré un aireador de agua para el departamento de mis hijos y dos cepillos para lavar baños (aunque me cobraron tres de estos últimos); además adquirimos baterías (yo necesito para probar las calculadoras que mi hijo me devolvió y que pienso regalar).
Luego pasamos al otro supermercado por bananos y el queso que uso para mis cenas; en el camino pasamos a la tienda donde Rb se ha estado proveyendo de uvas estas últimas semanas, pero no había; afortunadamente pudo comprar en otro lugar del camino.
El miércoles el trabajo estuvo bastante tranquilo; después del horario laboral hicimos los ejercicios de la rutina de la mitad de la semana: aún me cuesta utilizar la mancuerna mas pesada que adquirió RB; después fuimos a la tienda por un poco de verduras; ese día empecé a leer Bang Bang Bodhisattva.
El jueves era el primero de los dos jueves de vacaciones que estoy tomando cada mes; la noche anterior había planeado levantarme a las ocho y media; pero olvidé desconectar la alarma del celular más nuevo; me levanté a las seis y media; medité y me volví a dormir hasta las ocho y media.
Desayuné y luego acompañé a Rb al mercado del centro histórico; en el camino de ida y vuelta avancé con Conejo Blano Lobo Rojo; regresamos al mediodía (yo elegí un paquete de pan tostado en el supermercado); almorzamos lo de los otros tres días: pollo y papas asadas.
Por la tarde estuve trabajando en un componente de react para manejar mi To Do List como Kanban; un poco después de las cuatro me dirigí al comercial en donde tomo los buses intermunicipales: había quedado de reunirme con mi amigo el Testigo De Jehova, para entregarle algunos libros que mi hijo había estado a punto de tirar a la basura (y algunos que saqué de mis cajas).
Además le regalé una calculadora científica -graficadora- que había comprado para mis hijos cuando estuvieron en la facultad; no recordaba que había adquirido dos en esa época; ya ni recuerdo si fue una con la primera y una con el segundo.
Tampoco me recordaba que una la había adquirido -por medio de Rb- de una persona que vive en Jalisco; fue todo un rollo porque aproveché que ella andaba visitando a su hermana apara realizar la transacción.
En fin, cuando mi hijo se cambió al apartamento tenía una caja con libros y dos calculadoras científicas de Texas Instrument; entonces me recordé -a lo lejos- de cómo adquirí ambas (creo que una se la compré a un ex compañero del voluntariado -o en FB market place- y la otra Rb me la trajo de México).
Con las baterías que adquirí el miércoles probé ambas calculadoras y les dí una limpiada pues habían estado en el olvido por varios años; le regalé la más viejita a mi amigo Testigo y pienso regalarle la otra a mi único amigo de la facultad (su segundo hijo está en el primer año en la facultad).
Estuve con mi amigo un poco más de una hora con un café y un pastel tres leches; al final contrató a una consultora que le referí hace algunas semanas y me comentó que necesitará Desarrolladores pronto; creo que son de los contactos que debo conservar para cuando me toque cambiarme de trabajo.
Un poco después de las cinco y media nos despedimos y retorné a mi casita; en el camino pasé a comprar los panes de los desayunos del fin de semana y media docena de huevos; que mi amigo que visitaré el sábado me encargó; ya terminé la app de Kanban; estoy por publicarla.
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