El lunes cumplí diez años de empleo continuo; todo un triunfo considerando que he trabajado en más de veinte lugares durante los últimos treinta y dos años; justo inicié un dos de septiembre porque el lunes de hace diez años fue uno de septiembre y es un asueto federal en el Imperio del Norte (Labor day) por lo que usualmente se suspenden las actividades en empresas como las que trabajo.
Me levanté a las seis y media; medité y e hice Duolingo; por el asueto en la casa matriz no hubo reunión diaria; por lo que me quedé dormitando en la cama; hasta las nueve y media; antes de dormirme realicé un repaso del tercer grupo de preguntas -me fue bastante mal: como noventa y cuatro por ciento- y después del mediodía revisé la última parte; al final de las ochocientas treinta y tres preguntas debo repasar 25 -es lo que respondí erróneamente- aunque algunas fue simplemente porque no seleccioné la opción elegida; o no seleccioné ninguna.
También vi cinco o seis videos del curso que estoy tomando; me parece que si logro terminar de ver todos los videos antes del próximo jueves voy a tratar de repasar los que vea más importantes para el examen.
Al mediodía cocinamos -y almorzamos- un pollo en crema de almendras -y loroco-; un muy buen almuerzo para dos días; un poco antes había ingresado en el sistema interno la solicitud de los dos días de vacaciones del mes (doce y veintiséis) y luego envié la invitación a los dieciséis miembros del equipo para que participen en el evento de formación de ciberseguridad.
Mi hijo menor me escribió para recordarme de los cien dólares que debo transferirle mensualmente por la compra de acciones de su empresa; y al enviar el comprobante le recordé que debe transferirme -lo que hizo- ciento cincuenta dólares como cuota mensual del apartamento -su hermana mayor me dio en efectivo ciento veinte dólares el día anterior-.
Además mi hija mayor me había escrito en la madrugada para enviarme la factura de la electricidad del apartamento -la primera de ellas: ocho dólares-; la que cancelé en el acto y le envié el comprobante; por la mañana me enviaron -de la oficina de RRHH- un mensaje en el correo electrónico, felicitándome por alcanzar los diez años de trabajo; y mi supervisora me escribió por la tarde para agradecerme por el inicio de la actividad de capacitación que estoy promoviendo.
Después del horario laboral hicimos la rutina de ejercicios de los lunes; Rb compró una pesa de más de veinte libras hace una semanas; lo que le provocó dolores en uno de los codos; por lo que suspendió su uso y me la cedió momentáneamente: con lo que aumentó la dificultad de mi rutina.
El martes me levanté a meditar a las seis y media; a las siete entré a la reunión diaria del equipo; estuve practicando las veinticuatro preguntas incorrectas y luego decidí dividir el archivo en cinco partes; cada uno con mas o menos ciento sesenta preguntas.
A media mañana llamé a mis papás para avisarles que iba a llegar el sábado; mi papá me comentó que estaba ausentándose ese día pues retomó sus estudios para Licenciarse en Educación; luego hablé con mi madre y se me ocurrió que podría ir el domingo y así se lo hice saber; o sea, me gusta más viajar el sábado pues tengo el domingo para descansar antes de la semana laboral; pero a veces no se puede hacer lo que uno quiere.
Después del horario laboral fuimos a los supermercados en dirección norte: compré un par de salsas y varias cocas en la tienda verde de descuentos; algunas frutas en un supermercado y Rb pasó a comprar uvas en la tienda en donde ha estado proveyéndose últimamente.
Venimos a dejar esas compras y retornamos a la tienda de las frutas y verduras en donde compramos huevos y algunas otras legumbres; por la noche avancé un poco -me está costando- con Los Escorpiones; también modifiqué la app de registro de gastos para que los totales sean solo sobre la información presentada (o sea, por fecha o total).
El miércoles me levanté a las seis y media; medité y entré a la reunión diaria; luego me dormí un poco -igual que el día anterior- pero ahora estaba consciente que debía estar despierto antes de las nueve y media pues tenía la reunión quincenal con mi supervisora.
A las nueve salí a desayunar y luego volví a la cama para la reunión; que estuvo bastante tranquila; básicamente quería saber cómo iba la organización del evento de Ciberseguridad: el Dev me había sugerido el día anterior que podíamos entregar un certificado avalado por la supervisora y cuando se lo planteé estuvo de acuerdo y además ofreció un premio especial para el que acumulara más puntos en las actividades.
Al mediodía preparamos una tortilla española con papas, champiñones y chile pimiento; y almorzamos eso con un pequeño trozo de pollo a la plancha; sacamos a caminar a los perros (el día anterior nos habíamos atrasado con eso a causa de la lluvia).
Después del horario laboral realizamos la rutina de ejercicios de los miércoles y luego estuve revisando la app de registro de gastos (lo estuve haciendo casi todo el día) para que las gráficas funcionaran igual que los totales: nomás con lo que se muestra en pantalla.
El jueves Rb salió, por su compra semanal de frutas, al mercado del centro histórico; le había indicado que no me obsequiara ningún pan dulce ese día sino que me trajera dos pares de zepelines pues pensaba llevarle eso a mis papás en la visita del domingo; pero cuando me llamó decidí no comprarlos pues la fecha de vencimiento estaba muy cerca.
Por la mañana me reuní con el Dev y la PM para afinar los detalles del arranque del evento de ciberseguridad; revisamos los volantes a distribuir y conversamos un poco sobre la mecánica de las siguientes semanas.
Antes de esta reunión me había reunido nomás con el Dev pues tenía algunas dudas de una tarea que le había enviado y al final acordamos que me la reasignara para pedir más información al Dev que más nos ha ayudado en esta área.
Por la tarde, después del horario laboral, acudimos a los supermercados en dirección sur; compré frijoles para desayunos de al menos cuatro meses; también compramos bananos y algunas frutas en la tienda; también compré el pan de mis desayunos de la semana; antes de los supermercados acompañé a Rb a una carpintería que queda a unas calles: quería la cotización de una estructura de madera para facilitar la deshidratación de sus frutas y legumbres.
El viernes recibí respuesta a mi correo del día anterior y le reasigné la tarea al Dev; este día decidí que no me examinaré para obtener el certificado de Product Owner; y la verdad es que, revisando algunos conceptos el día anterior, volví a encontrarme con el requisito por el cual decidí no perseguir la ocupación de Business Analyst: buen trato con las personas.
Decidí que debo seguir explorando certificaciones que se adecúen con mi perfil: Quality o Cybersecurity; de hecho consideré obtener un certificado básico de Cybersecurity pero cuesta casi lo que me costó el año y medio de maestría en el mismo tema: dos mil dólares.
De todos modos bajé tres o cuatro libros sobre el certificado y me puse como meta extraer las preguntas y trabajar con mi app hasta dominarlas por completo; ese día procesé el primer libro, lo que me dejó con más de ciento veinte preguntas; aún no he logrado completar un ciclo con las mismas; por la tarde, después del horario laboral, realizamos la rutina de ejercicio de los viernes.
El sábado no tenía programada ninguna salida -había pasado la visita a mis papás para el día siguiente- por lo que Rb me había pedido que la acompañara a una vidriería a cotizar la misma estructura para deshidratar frutas; pero construida de aluminio; luego pasamos a los supermercado en dirección norte por algunos ingredientes para los almuerzos de la próxima semana; almorzamos un consomé de pollo y ensalada.
Después del almuerzo ayudé a Rb a bajar algunos racimos de níspero del árbol que está en el patio de enfrente; luego de que les diera de comer a sus perros fuimos a llenar el tanque de gasolina del auto, preparándome para el viaje del domingo; en el camino pasamos nuevamente a la vidriería de la mañana pues había dejado una muestra del estante de su deshidratador actual: la carpintería le respondió y se decidió por la opción de madera.
Después de llenar el tanque (veinticinco dólares pues estaba medio vacío) olvidé pasar por la pastelería de costumbre para comprar los pasteles que había planeado llevar a donde mis papás: nos tocó dar la vuelta y meternos nuevamente al tráfico; afortunadamente ya estaba un poco más ligero.
Por la noche cargué de una vez la el saco de comida para perros y la cafetera para evitar hacer mucho ruido por la mañana; me retiré temprano a dormir pues había planeado levantarme a las cuatro y cuarto de la mañana.
Hoy me levanté a la hora prevista; medité, me bañé y preparé unos panes franceses con huevo y jamón; luego entré a despedirme de Rb; arranqué el auto a las cinco de la mañana; el guardia de la garita no estaba despierto.
El camino al puerto estuvo bastante tranquilo; no sé si fue por ser Domingo pero, con excepción de un par de tramos a medio camino -se dañó la ruta a principios del invierno por lo que de seis carriles hay únicamente dos habilitados- pude mantener una buena velocidad.
Llegué a la casa de mis papás a las seis y veinte; mi madre estaba saliendo del terreno en donde está la construcción que realicé hace un par de años; mi papá aun estaba durmiendo; noté muchos muchos zancudos en las habitaciones de la casa.
Preparé café en la cafetera que llevaba y luego movimos unas sillas a la construcción y allí desayunamos; partí una de las magdalenas que había comprado ayer y estuvimos allí un rato entre desayuno y conversación.
En el ínterin mi madre estuvo en comunicación con la (ex) presidenta del comité de vecinos pues es ella la que nos provee de pescados; después del desayuno subí con mi padre al segundo nivel de la construcción que tienen a la par de la mía: hace unas semanas le agregaron un anexo al primer nivel y terminaron la terraza del segundo.
Luego mi padre me pidió ayuda pues no podía pasar una boleta de pago -está terminando el penúltimo año de la licenciatura en educación- de su celular a la computadora; aproveché para quitarle bloatware y también pagar en línea su boleta (pagamos como ocho dólares cada semestre).
Afortunadamente mi padre tenía un ventilador a la par de la computadora; lo que mantuvo a la mayoría de los zancudos alejados; un poco después le llevaron los pescados a mi madre (casi veinte libras, creo) y empezó a limpiarlos.
Terminé de limpiar la computadora de mi padre y le pedí que me ayudara a revisar los líquidos del automóvil (lo había hecho la tarde anterior pero quería evitar sorpresas desagradables); mi madre terminó la limpieza de los pescados.
Había planeado empezar el viaje de retorno a las once pues se suponía que los pescados llegarían a las diez y media; al final ya estaba todo listo a las diez por lo que decidí iniciar el retorno; afortunadamente el tránsito estaba bastante ligero; con la excepción del mismo tramo de la mañana pude mantener una buena velocidad: a las once y cuarto estaba estacionando el auto frente a la casa de Rb; un poco después empezamos a preparar el almuerzo: alitas de pollo, consomé de lo mismo y ensalada.
Después del almuerzo sacamos a caminar a sus perros y después me puse a lavar los trastes del almuerzo; además, había previsto limpiar la estufa este día: desde que me hago cargo protejo la bandeja con papel aluminio y ya se veía bastante dañado.
Me puse a trabajar en eso: puse las hornillas en una solución de agua y vinagre y le apliqué desengrasante a la bandeja; a las tres estaba terminando la limpieza de la estufa y la armé para preparar el té de Rb: el mío lo preparo siempre con el microondas.
Habíamos planeado ir a la tienda de ropa de segunda mano en la que usualmente nos proveemos; pero Rb se dio cuenta que estaba dormitando mientras trataba de ver (otra vez) The Batman; por lo que me indicó que mejor descansara.
Traté de leer un poco en mi cama pero realmente estuvo dormitando intermitentemente durante dos o tres horas; sí leí un poco de The Road to Character; luego hice un poco de Duolingo -volvieron a darme los tres días de Super Duolingo-.
And life just goes on...
No hay comentarios:
Publicar un comentario