domingo, 23 de diciembre de 2012

Domingo, almuerzo...

El domingo nos quedó corto.  Me levanté como a las ocho y media para lavar el resto de la ropa que había dedjado en remojo -y mis dos batas-.  Fuí por mis peques a las nueve y media y nos venimos a mi habitación a ver un capítulo de Phineas and Ferb, el video Ben y Yo y un par de videos de animación que había descargado en la semana.  Estuvimos refaccionando con los pretzels y pastelitos que venían en la canasta navideña.  Luego jugamos una partida de Clue.

A las doce y media nos dirigimos a tomar el transurbano hacia la casa de mi jefe.  Nos tomó casi una hora llegar al lugar.  La hermana de mi jefe nos había llamado temprano para darnos las indicaciones y yo tenía unas notas que había tomado hacia unos meses cuando habíamos planeado un almuerzo en su casa.  Las instrucciones que tenía yo, de puño y letra de mi jefe, no eran muy precisas.

La casa de mi jefe es muy bonita.  El residencial es pequeño y la casa la tienen muy bien amueblada.  El almuerzo se atrazó. Mi jefe arregló las cosas para que me quedara conversando con su padre sobre las batallas de la contrarrevolución, mis chicos menores fueran a jugar con su sobrina de diez años y mi hija mayor le ayudara con una cebolla en la cocina.  Mi chica mayor tomó esto como una agresión.  No le gusta la cocina y le fastidió que sus hermanos pudieran ir a jugar y la dejaran a ella trabajando.  Estuve un poco de acuerdo.  También creo que está en la etapa en que estará en contra de todo y en la que empieza a ver la diferencia entre el mundo de los niños y el mundo de los adultos, aunque a mí a veces se me hace difícil ver esa diferencia.

Terminamos de almorzar como a las cuatro.  Los cuatro niños se fueron a jugar a un parquecito cercano y los mayores nos quedamos conversando otro rato en la mesa.  Como a las cuatro y media me despedí de todos y fuí por mis peques.  Los pequeños estaban molestos pues la sobrina de mi jefe había tratado de agredirlos -de hecho le dió un puñetazo a mi hijo en el rostro-.  Tomamos un autobús extraurbano y retornamos a mi habitación.  En el camino estuve conversando con mi hija mayor y me molesté en cierto punto, pues insistía en culparme por haberle permitido trabajar cuando sus hermanos jugaban.

Al final le indiqué que no esperaba ser el padre perfecto, que me equivocaba y equivocaría en muchas ocasiones pero que era responsable de mis decisiones.  Que mi decisión había sido esa y que tenía que vivir bajo mi autoridad hasta que tuviera la edad legal.  Creo que es una respuesta bastante paterna pero también conversamos en grupo y les aseguré que los quería mucho mucho y que esperaba que nuestra vida fuera tan libre de conflictos como se pudiera.  Vimos quince minutos de Percy Jackson y el Ladrón del Rayo y los fuí a dejar a su casa.

Como el lunes caía navidad y el martes también tengo libre, les había comentado a mis chicos que le pediría a su madre que me los dejara un rato el lunes por la noche, para venir por sus regalos y también el martes al mediodía.   Me despedí de mis chicos en la puerta de su casa y les pedí que le dijeran a su madre que saliera un momento.  Cuando mi ex esposa salí me preguntó directamente como había estado lo de la agresión a mi chico.  Mis peques se pelean por contarle a su madre un resumen de lo ocurrido en el día en cuanto entran a su casa los domingos por la noche.

Le conté un poco del almuerzo a mi ex esposa.  Estuvimos conversando en el frente de su casa pero me indicó que o entraba a conversar o íbamos a otro lugar pues no se sentía cómoda de llevar la conversación de esa forma.  Salimos a caminar un par de cuadras y le conté un poco más detalladamente lo ocurrido y mi apreciación del evento.  Me mostré más preocupado por lo ocurrido con mi hija mayor y le pedí que me dejara manejar la situación por mi lado.  Creo que fue la conversación más larga -y sin pelea- que hemos tenido en los cinco o seis años que llevamos separados.  Mi ex esposa estuvo de acuerdo en las salidas de lunes y martes.

Retorné a mi habitación a revisar mis correos, blogs y redes sociales y a intentar bajar un par de películas para la nochebuena.  Encontré Annapolis y Extracted.  Como había terminado de bajar Dragonfly un par de días antes empecé a verla y programé la computadora para que se apagara en una hora o así.  Me dormí sin ver mucho de la película.






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