domingo, 9 de diciembre de 2012

Sábado, convivencia, convivios y horario usual...


Para el segundo sábado de diciembre habían convocado a una visita de la descendencia de una de las líderes actuales de mi voluntariado. No soy realmente parte de su descendencia pero el año pasado los acompañé en esta visita. El sábado también el grupo de visita de mi mejor amiga del voluntariado había planeado un desayuno comunal. Cada quien debía contribuir con algo. Se suponía que nos reuniríamos a las siete y media para el desayuno y convencí al voluntario que vive en la misma colonia que luego nos fueramos a la visita, que se realizaría en el hospital más grande del sur de la ciudad.

Me levanté como a las seis y media y me dirigí a la casa del voluntario que vive en la misma colonia, como usualmente le dá aventón a otra voluntaria que vive de uno de los municipios en la periferia de la ciudad nos tocó esperarla en una de las estaciones dle transmetro. Llegamos al lugar de la reunión como a las 8 menos cuarto. A las ocho y cuarto nos dirigimos a la casa de uno de los voluntarios que había ofrecido el parque recreativo de su colonia para realizar el desayuno. Que estuvo buenísimo: Panes con jamón, panqueques, platanos fritos, frijol, café, jugo de naranja y otras cosillas.

A las 9:30, de acuerdo al plan nos despedimos y en compañía de un tercer voluntario nos dirigímos al hospital en el cual sería la visita. Que estuvo genial. Llegamos entre ochenta y noventa voluntarios y nos distribuimos en el segundo y tercer nivel del hospital. Con otros tres o cuatro voluntarios de la última camada de graduandos estuvimos en una sala del hospital en el cual había varias señoras guardando cama. Fue muy divertida la visita y terminamos saliendo como a las doce y media de allí.

Después de la retroalimentación y despedida retornamos al automovil del voluntario que vive en la misma colonia por la mochila y, con otra voluntaria, nos dirigimos caminando a Miraflores. Ella se quedó allí y yo me dirigí a un centro comercial en el cual pasarían a recogerme para la reunión de mi grupo de visita de la tarde. Se suponía que sería el recibimiento de los nuevos voluntarios. Sólo llego una nueva.

Almorzamos pizza y realizamos una dinámica de integración. Luego estuvimos en conversación durante un par de horas más. Un poco después de las cinco la nueva líder de este grupo de visita me dió aventón al Trebol y allí tomé el transmetro para venir a mi casita. En una tienda compré unos chocolates pues era lo que se había planeado para el intercambio de regalos y vine a mi casa a empacarlos. También puse un poco de ropa en remojo.

Un poco después de las siete me dirigí a la casa del voluntario que vive en la misma colonia. La mayor parte de los otros invitados llegaron un poco antes de las nueve de la noche, incluyendo al matrimonio que solía ser amigos de Al. Estuvimos jugando Uno, comiendo tamal, y al final de la velada, hicimos el intercambio de regalos. En el sorteo nos tocó intercambiar con el anfitrión. Una de las voluntarias pasó a dejarme a mi casita como a la una y media de la madrugada.

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