Al final no hubo visitas el último sábado del año. Tampoco habrá el 31 de diciembre. Publicaron un aviso en el grupo de visitas, aduciendo que todos necesitan descansar -especialmente quienes se encargan de organizar-. Otros años sí ha habido. Espero que no quede establecido este patrón para los siguientes años. Podrían, por ejemplo, designar a otras personas para que durante esta temporada organicen -o desorganicen- visitas. Estoy seguro que muchos lugares se quedan esperando a los voluntarios.
Realmente esperaba visitar el sábado pero, al ver que desde el jueves anunciaron oficialmente que no habrían más visitas, decidí asistir al convivio de fin de año de compañeros y ex compañeros de trabajo que organiza usualmente el compañero A. La otra opción era ir con un grupo de voluntarios -y mucha más gente no voluntaria- a subir un volcán de Antigua Guatemala. No me llamaba la atención esto último.
Me desperté temprano -un poco después de las seis- pero seguí, como de costumbre, dormitando un rato más. Le envié un mensaje a Pb para que me diera jalón a la casa del Compañero A y luego, me levanté para ir a comprar un CD para quemar la imagen de Precise Pangolin para instalarlo en mi portátil más nueva. Como a las 8:00 empecé a instalar la nueva versión LTS de Ubuntu en mi portátil, pero, como tenía más de dos años de no actualizar no pude darle upgrade a la versión instalada. Me tocó que crear una partición en el disco e instalar la versión en forma paralela.
Dejé la máquina trabajando y salí de mi habitación como a las 9:30, había quedado con Pb que lo esperaría a las 10:30 en el comercial que está frente al edificio en el que trabajamos. Me fuí caminando. Llegué un poco antes de la hora al lugar de reunión y aproveché para entrar a un supermercado cercano a comprar unos embutidos, un megalitro de agua gaseosa y una bolsa de malvaviscos. Se suponía que cada uno de los que llegáramos debía llevar lo que planeaba cocinar.
Como era de esperarse Pb y su antiguo jefe pasaron un poco tarde. De hecho ellos también pasaron a comprar lo necesario a ese supermercado. Terminamos saliendo del lugar como a las 11:30. Llegamos a la casa del compañero A como a las 12:00 y fuimos los primeros. Los otros invitados llegaron entre dos y tres horas después. Un poco después del mediodía, mientras Pb y el otro invitado jugaban a bailar -kinetic- con la hija mayor del compañero A, yo acompañé a su esposa a preparar el área del picnic. Encendí un fuego de los que me enorgullezco de lograr.
El almuerzo estuvo bárbaro. Al final llegamos como seis o siete. Dos personas más de la oficina, con su respectivo consorte. Dos ex compañeros, uno con su esposa y dos hijos. Compartí los embutidos que había comprado con Pb y ellos me proporcionaron carne asada. Alguien más obsequió pollo adobado y al final terminamos en la sala del compañero A con café y magdalena. Como a las seis de la tarde nos despedimos y Pb pasó a dejarme un poco antes de las siete a mi habitación.
Vine a terminar de instalar Precise Pangolin, luego VirtualBox, luego Windows Xp dentro de VirtualBox y al final el programa para la declaración anual de impuestos dentro de Windows XP. También estuve conversando sobre FB con mi amiga de Antigua. Precise Pangolin trabaja muy bien. De hecho siento hasta más eficiente mi portátil. Dejo de usar por un tiempo Chrome. Vuelvo a Firefox.
Al final me dormí como a las dos de la madrugada entre instalación de lo necesario y configuración de algunos programas.
Hoy me desperté a las siete. Continué dormitando hasta un poco después de las ocho y luego estuve revisando mis correos y blogs. También leyendo un poco de State of Wonder -aún voy por el segundo capítulo-. A las nueve me levanté finalmente, a ordenar mi habitación y prepararme para recibir a mis peques. Fuí por ellos a las 9:25.
Mi chico no traía su cuaderno en donde escribe sobre su semana porque había olvidado actualizarlo entre semana y su madre no le permitió escribir este día. Venimos a comernos los últimos chocolates de la temporada y a ver un par de videos que había conseguido sobre El Bosson de Higgs, La Teoría de Cuerdas, La ciencia y la música y Sueños Lúcidos. También publicaron sus primeras entradas en el blog con el que planeamos intercambiar mensajes con el hijo mayor de mi amiga Kr de Portland. Luego salimos a comprar la refacción: Melón y naranjas.
Refaccionamos en el patio y empecé a preparar los ingredientes para los sandwiches que nos llevaríamos al IRTRA. Luego preparamos entre todos los Sandwiches: Aguacate, jamón, salami, tomate, queso, zanahoria rallada, ketchup y mayonesa. Quedaron muy bien. Luego de tener preparados los sandwiches nos dirigimos al IRTRA.
Lo primero que hicimos fue buscar un lugar para almorzar, pues ya eran como las dos de la tarde. Llevábamos, además de los sandwiches, un litro y medio de agua gaseosa y una bolsa de snacks salados. Luego del almuerzo compramos un pasaporte para doce juegos. Ingresamos a una nueva atracción que es como un recorrido guiado sobre un personaje legendario -y mítico- de nuestra cultura: Don Chebo. Luego nos subimos a la Rueda de Chicago más grande que he visto en mi vida. Treinta y cinco metros de diámetro.
Mi hijo estaba reacio a subir pero le aseguré que todo estaría bien, que subiríamos los cuatro en la misma canastilla. La verdad es que hasta a mí no me gustó mucho al principio -nunca me han gustado, realmente-. Al final mi hijo pidió que volvieramos a subir, por lo que luego de un rato de juego en el área de Dinosaurios retornamos a la Rueda de Chicago y nos subimos nuevamente. Luego retornamos a mi habitación.
Habíamos quedado en jugar Clue pero faltaban como veinte minutos para que los fuera a dejar al retornar a mi habitación. Preferí que vieramos un capítulo de Phineas and Ferb y luego fuí a dejarlos a su casa. Les había comentado a mis peques que mañana les llevaría el pastel que me había ganado la semana anterior. También les comenté que le pediría a su madre que me los dejara el martes. Me indicaron que lo más seguro es que si estuvieramos el martes juntos. Cuando fuí a dejarlos aproveché para hablar con mi ex esposa acerca del pastel y el martes. Me comentó que tenían planes para el martes.
Voy a llevarles mañana el pastel y a contarles a mis chicos que no podremos salir el martes. Me imagino que ya lo sabrán ellos. Pasé al supermercado a comprar una cajita de Té y a la panadería a comprar pan tostado. No había pan tostado por lo que decidí no cenar. Igual no tenía mucha hambre. Al final me comí un par de chocolates que estaban aún empacado en una taza que había comprado para el intercambio -que ya nunca se realizó- en nuestro grupo de los sábados por la mañana.
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