martes, 18 de diciembre de 2012

Martes, libros...


Estoy tomando menos café.  Desde hace unos días -o semanas?- me ha aparecido una alergia en la pierna derecha.  Sospecho que es por el café.  Le bajé a una taza al día -usualmente eran tres o cuatro- desde la semana pasada.  Si no se me quita lo cortaré por completo.  Lo que es una vaina porque es lo que me despierta por las mañanas.

Durante la mañana me enteré de las escenas finales del convivio de la oficina.  Uno de los nuevos programadores tomó bastante y terminó abrazando y besando a medio mundo -me parece que hasta al jefe de mi jefe-.  Como disculpa, ayer les llevó a la mayoría un pastelito de Mc Donald's y un café o chocolate.  La gente.  El otro que mostró su verdadero rostro -o quizá ya lo había hecho antes- fue el cuarto integrante del club de lectura.  Aparentemente terminó, junto con los dos más fiesteros de la oficina, a las seis de la mañana en la casa de uno de ellos.

Ayer estuvo bastante trabajoso el día.  Hemos estado trabajando en conjunto con mi jefe las asignaciones surgidas de la reunión de la semana pasada.  El jefe de mi jefe anda de vacaciones esta semana, aunque este día se apareció con sus tres hijos por la oficina.  He estado -también- tratando de avanzar en un par de asignaciones paralelas.  Ayer bajé a almorzar -junto con la avena, que realmente espero que no sea lo de la alergia- una pizza al tercer nivel del edificio.

Salí bastante tarde.  Como a las siete.  Me vine caminando a mi habitación y pasé comprando jabón en polvo, ya que durante el fin de semana no lavé nada.  Dejé un poco de ropa en remojo y me estuve conversando con mi mejor amiga del voluntariado hasta casi las diez de la noche, por Facebook.  Luego vi un capítulo de Homeland, segunda temporada.  Me dormí un poco antes de medianoche.

Hoy me levanté un poco antes de las seis para lavar un poco de la ropa que había dejado en remojo ayer.  Me fuí a la oficina un poco antes de las siete.  En el camino grabé en la memoria de mi celular el teléfono de la persona que me ha contactado para el trabajo en el banco.  Accidentalmente le dí al botón de llamar pero aborté la llamada.  Era muy temprano.  Planeaba llamarla esta noche o mañana.  Creo que lo haré mañana.

Durante la mañana seguí con las pruebas del día de ayer.  También participé en un par de reuniones de avance.  Durante la hora del almuerzo pasé a un comercial cerca de mi trabajo a buscar un par de tablero de ajedrez.  Mis dos peques menores me pidieron eso para Navidad.  No lo he encontrado.  Por la tarde contacté a un amigo de Facebook que vive en el centro histórico para que pasara a ver a un local en la sexta avenida si aún venden de ese tipo allí.

Salí a las seis de la tarde.  De acuerdo a lo planeado, pasé a mi librería favorita -Artemis Edinter- a recoger el libro que me gané la semana pasada: State of Wonder.  Luego me vine directo a mi casita.  No tengo internet.  Descolgué la ropa que dejé secándose en la mañana y terminé de lavar lo que había dejado en remojo.  También salí a comprar cuatro tarjetas telefónicas para darle a mis chicas este fin de año.

Mi jefe me acaba de llamar para afinar los detalles del almuerzo que tendremos este domingo.  Se le ocurrió organizar en su casa, como actividad del área un almuerzo familiar.  Llevaré a mis chicos.  Estoy viendo el noveno capítulo de Homeland y planeo dormirme temprano, para empezar bien la cintura de la penúltima semana de este año.

No hay comentarios:

Publicar un comentario