martes, 17 de noviembre de 2009

En busca de la felicidad...

He leído casi todo lo de García Márquez. Me parece que estaba dando clases hace 15 años o así y ví a uno de mis alumnos del bachillerato con 'Cien Años de Soledad', le pregunté de que trataba y me dijo algo como -un tipo está delante del pelotón de fusilamiento y se empieza a acordar de su vida- o algo así... Antes había leído La Hojarasca y El Coronel no tiene quien le escriba, pero a partir de Cien Años de Soledad me leí casi todo... excepto el último el de las memorias de sus ????? tristes, no me llamó la atención, y Vivir para Contarla lo dejé a medias...

El año antepasado encontré en la biblioteca un libro de cuentos, entre los cuentos estaba el de Eréndira y su abuela, un cuento patético hasta el extremo, releyendo Cien Años de Soledad hace un par de semanas me encontré que Eréndira -con el mismo argumento- aparece allí, no me acordaba de haberle puesto atención cuando lo leí antes...

'La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada'-título original del cuento- es una historia completamente trágica: una niña de catorce años -o así- que es prostituída por su abuela para pagarle las pérdidas ocasionadas al haber provocado el incendio de la casa en que vivían. Empieza mal, con Eréndira huérfana, viviendo -sirviendo- a su abuela, se desarrolla mal, con toda la historia de la esclavitud y -si bien recuerdo- termina mal, al librarse Eréndira de su abuela, con la ayuda de su 'amor' huyendo enloquecida, dejándolo ahora solo a él.

En 'el olor de la guayaba' que es una conversación entre García Márquez y un amigo, el autor afirma -como en casi cualquier entrevista- que todo lo que escribenlo ha tomado de la realidad...

Lo increíble -para mí-, o al menos, lo que permaneció mucho tiempo en mí después de leer el cuento -creo que no lo terminé, por su crudeza- fué el siguiente fragmento:


...y en el centro del salón vio a una monja bella que no había visto antes, tocando un oratorio de Pascua en el clavicémbalo. Eréndira escuchó la música sin parpadear, con el alma en un hilo, hasta que sonó la campana para comer. Después del almuerzo, mientras blanqueaba la escalera con la brocha de esparto, esperó a que todas las novicias acabaran de subir y bajar, se quedó sola, donde nadie pudiera oírla, y entonces habló por primera vez desde que entró en el convento.

-Soy feliz -dijo.


Ni hablar, la felicidad tiene muchos -tantos como le queramos dar- matices...

1 comentario:

  1. Ese fragmento de García Marquez, como todo lo que él escribe, es increible. Leí el cuento y casi todas sus obras, y traerlas asi de vuelta, es un placer.
    El inicio de Cien Años... como comienza el libro con algo que pasa mas adelante en la historia, recordando algo que pasó mucho antes, me pareció fantástico....frente al pelotpn de fusilamiento recuerda cuando su padre lo llevó a conocer el hielo.
    Grande García MArquez!
    Y si, ser feliz depende de uno, siempre.
    te sigo leyendo
    saludos

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