martes, 3 de noviembre de 2009

Ocho semanas

Leí -de pasada- en un blog que quedan ocho semanas para que se termine el año. Cuando era joven, tenía una predilección por los inicios de año -creo que la mayoría de la gente se siente identificado con esto-, los veía como una oportunidad, se acercaba el inicio del ciclo escolar, en febrero cumplo años, no se, como un paquete por abrir... Eso fué hace mucho mucho tiempo... Después de una carrera universitaria, un divorcio y algunos años de vivir en el exterior ya no tengo el mismo entusiasmo de antes... De hecho, el año pasado, a pesar de estar trabajando -por lo que supuestamente no estaba en completo aislamiento- el 31 de diciembre me acosté como a las 9 de la noche o así. Oí -o creo recordar que oí- los fuegos artificiales de la medianoche, pero traté de seguir durmiendo hasta la mañana... Estaba aún meditando más o menos constatemente por esa época, tenía dos meses de haber retornado a mi país...

Este año estoy en un empleo que me gusta más, me he reconectado con alguna familia y ya no estoy meditando casi nada... Creo que el fin del 2009 será algo diferente...

Creo que por allí se asoma un poco de entusiasmo, de hecho, estuve pensando en ponerme como rutina escribir cada día de aquí al inicio del 2010, un post (al menos) por día...

En el trabajo he estado realizando funciones de otra área, se supone que durante una parte del día, pero la verdad es que las últimas dos semanas casi no me he dedicado a mi función principal.

En Electrónica me quedan aprox cuatro o cinco clases.

He estado leyendo un poco de PNL.

Para el próximo viernes convoqué a una reunión para tratar de concluir el Torneo de AJedrez -lo hemos dejado completamente abandonado-.

Acabo de entreleer -lo leí hace como ocho años- el Método Silva de Control Mental.

Y hoy se me estaba ocurriendo conseguir un part time para viernes y sábado por las noches (o algo así) como mesero (o algo así) en un club nocturno (o algo así)...

Así doy por inaugurados mis proyectos para el fin del 2009.

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