jueves, 5 de noviembre de 2009

Jueves... de lluvia...

Amaneció lloviendo. No se si por la meditación de anoche, me desperté bien temprano, alrededor de las 5:00, había puesto mi despertador para las 5:30 y continué dormitando. Al sonar la alarma me levanté. Realicé mi segunda meditación utilizando el método Silva, me bañé y preparé unos panes para el almuerzo.
Salí alrededor de las 6:15 y llegué como a las 6:45 a la oficina. Estaba lloviznando. La mayor parte del día le dí apoyo a uno de los clientes que tenemos en Honduras. También terminé lo -que creía era- último para la otra área. A media tarde me convocaron a reunión, pues sigo con el mismo blend de trabajo: una parte en mi ocupación real y otra parte apoyando a otra área. Fué una reunión como de hora y media o dos.
Jugué un par de partidas de ajedrez al medio día, también convoqué a una reunión para mañana al mediodía, para organizar el final del campeonato de ajedrez, envié la invitación muy tarde y al final -de 13- solo dos personas me habían confirmado.
Salí medio tarde, casi a las 18:15 pero el Compañero B me dió aventón hasta mi casa: Seguía lloviendo.

Debo salir a comprar avena, creo que mi organismo ya se volvió completamente dependiente de la fibra.

Tengo una montaña de ropa por lavar, este sábado tendré que irme tarde a electrónica, para poder pasar dejando la ropa a la lavandería, o no tendré ropa limpia para la próxima semana.

Talvez para hacer un poco más interesante mi objetivo de escribir un post cada día durante las restantes semanas del 2009, debería/podría escribir una historia un poco interesante, sobre lo que he leído o visto por la red. No sé, escribir por algo, no solo para contar lo de la pila de ropa que tengo por lavar...

Hace años leí sobre el rey que quería que en su más precioso anillo se escribiera un sumun de sabiduría que le ayudara a reinar y vivir mejor, al final del concurso de sabios que trataron de sintetizar toda la sabiduría en tan pequeño espacio se llegó a lo siguiente: Esto también pasará. Esta historia la contó mi jefe hace un par de días en la oficina, la adornó un poco más, pero el final era el mismo. Comenté que ese era el concepto de impermanencia en el budismo y ella argumentó que el cristianismo también tiene el concepto, no recuerdo si dijo si le llamaban de alguna forma.

He tratado de recordar la frase en los últimos tiempos en mi vida. Es un poco difícil acordarse de la misma, en medio de la acción. Cuando nos va bien, tendemos a esperar/desear que continúe así por siempre. Cuando nos va mal, queremos que pase lo más pronto posible. Al final en los dos casos sucede lo mismo: Es un continuo fluir...

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